Por: Daniel Ospina
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Mientras andamos aislados unos de otros por cuenta de la Covid-19, es inevitable ponerse apocalíptico, aún cuando uno supone que esta situación terminará cuando los científicos encuentren la vacuna. La incertidumbre por lo que este aislamiento produce en la economía, la sociedad y la cultura (para la política es lo de siempre: pescar en río revuelto) es grande y aún es demasiado pronto para aventurarse a predecir cómo afectará esto a la industria musical, especialmente a la independiente.
Por estos días pienso mucho en una banda en particular que hizo del Apocalipsis su motor. En un cantante que en su documental The Death And Resurrection Show (super recomendado) no dudaba en mostrar sus tres caras: la del líder de Killing Joke, una de las bandas post-punk más peculiares e inquietantes de todas; la del sujeto fascinado con el ocultismo y las distintas miradas espirituales en el mundo (puede presumir de haberse convertido al Islam y ser sacerdote de la iglesia de Killing Joke en un lapso de diez años); y la del tipo que incursiona por igual en la música clásica o en la música aborigen de Nueva Zelanda, donde residió por varios años buscando un refugio cuando parecía que el mundo terminaría en el año 2000.
Ese cantante, Jaz Coleman, nunca dudó en regodearse ante la posibilidad de un fin del mundo, del fuego consumiendo toda la civilización. Junto al guitarrista Geordie, el bajista Youth, y el baterista Paul Ferguson fundó una banda que, con algunos cambios de alineación y sonido, evolucionó hasta volverse una entidad difícil de encasillar en un solo estilo a lo largo de los años; influyó por igual a gente como Metallica, Faith No More, Nirvana (tuvieron un problema por plagio con Killing Joke por usar el riff de “Eighties” para su clásico “Come As You Are”), Kyuss, Rancid, Nine Inch Nails o Ministry, siendo todas ellas agrupaciones muy distintas entre sí. Con estas diez canciones celebramos una carrera larguísima, y una fascinación con el fin del mundo que al día de hoy nadie se decide a catalogar como algo serio o un acto de humor muy retorcido por parte de Jaz.
1. Turn To Red
La historia de Killing Joke comenzó en 1979, luego de que los miembros originales se conocieran. A finales de ese año se publicó un EP por cuenta propia llamado Turn To Red, en el cual seguían muchos de los parámetros del post-punk de la época, y en la canción que le da título particularmente recordaban en muchos sentidos a The Pop Group. Una producción inspirada en el dub (la voz de Jaz es procesada con ecos y se inspiró notablemente en la de esa banda), guitarras rasposas que iban y venían, un bajo prominente y una batería que a la par que controlaba el ritmo parecía ir de un lado a otro, dejan ver que todavía estaban algo lejos del sonido que los puso en el mapa, pero que no les resultaría tan difícil encontrar su identidad.
2. The Wait
Y lo cierto es que esa identidad llegó en cuestión de meses. Luego de participar en una de las míticas Peel Sessions organizadas por John Peel, Killing Joke firmó con E.G. Records, un sello distribuido por Polydor en el Reino Unido. Con ellos grabaron su debut homónimo en 1980 y con canciones como esta definieron su camino a seguir. Esta en particular es de las más pesadas del disco, pero tiene esa virtud de ser virtualmente imposible de encuadrar. Era post-punk, era punk, era heavy metal, era industrial… todo a la vez. Prueba de su influencia es que Metallica grabó un cover de la canción.
3. Dominator
Esta canción forma parte del álbum de 1983, Fire Dances, el primero sin Youth en el bajo y con Paul Raven tomando su lugar. Todavía suena intenso como de costumbre, pero claramente la producción da un salto de calidad, hay una intención más evidente de hacer bailar (no es azar el título del LP) y el propio Raven deja constancia de su habilidad con una línea estupenda en las cuatro cuerdas.
4. Love Like Blood
Durante un periodo entre 1985 y 1988, Killing Joke decidió hacer de su música algo más accesible. Pulieron mucho de ese sonido primitivo de sus inicios y, sin sacrificar la ingeniosa guitarra de Geordie o los golpes de Paul Ferguson, tuvieron un éxito respetable durante ese periodo, fundamentalmente por la que se convirtió en su canción más recordada. No hablaba ya de ocultismo, guerra o destrucción (no de una forma tan obvia, al menos) sino de la vida y su belleza perdiéndose ante la codicia del ser humano en todos los frentes. Es probablemente la letra más universal y atemporal de todas las que grabaron, por lo que tiene mucho sentido que haya sobrevivido al paso del tiempo.
5. Adorations
Un año después de “Love Like Blood”, aparece otra canción muy recordada de la banda. Comparada con aquella, en “Adorations” sí sacrificaron la base rítmica que tan buen resultado les dio en el proceso de mezcla (que se hizo a espaldas de la banda y no los dejó muy contentos) por lo que si bien la guitarra de Geordie sigue siendo protagonista, la batería de Ferguson y el bajo de Raven no tienen ese mismo rol incendiario de antes. Esto desencadenó una serie de pleitos con E.G., y más adelante entre los mismos miembros, lo que llevaría a un tiempo fuera de la banda y algunos cambios de cara a la siguiente década
6. Money Is Not Our God
Para los 90, Killing Joke se dio un lavado de cara importante. Volverían a endurecer su sonido como no se les escuchaba desde hace al menos una década, cambiarían a Paul Ferguson por el ex-Public Image Ltd., Martin Atkins, y como reza la primera canción de su LP de 1990, Extremities, Dirt and Various Repressed Emotions, se olvidarían definitivamente de hacer que la prioridad fuese el éxito comercial. Alineados al rock alternativo que estaba por emerger a la superficie en cosa de un año, esta es una canción que los encuentra tocando con una intensidad y una mala leche que hizo pensar a más de un incauto que era una banda nueva la que tocaba y no una que iba por el octavo trabajo de su carrera.
7. Communion
El momento más peculiar de Killing Joke en los años noventa fue sin duda la grabación del álbum Pandemonium, en 1994, pues se realizó al interior de las Pirámides de Egipto, concretamente en la Cámara del Faraón, y dejó una serie de momentos y anécdotas paranormales tremendas. Producido por Youth, de vuelta en la banda y nuevamente en su rol de bajista, mezcla esa nueva pesadez de la banda que pareciera ser Led Zeppelin haciendo música industrial, con el añadido de instrumentos árabes y la voz de Jaz que no duda en hacerse sentir con la fuerza que la caracteriza.
8. The Death And Resurrection Show
Tras disolverse una temporada para que Jaz pudiese recibir el Y2K en Nueva Zelanda, Killing Joke se reúne para publicar en 2003 un nuevo álbum homónimo (como su debut en 1980). Con Dave Grohl como invitado especial en la batería y producido por Andy Gill de Gang Of Four, que aprovechó para sumar algunos detalles de guitarra, grabaron un álbum donde rescataban el post-punk de sus inicios sin dejar de lado la contundencia, y lo potenciaban con una producción de primer nivel. De todas las canciones, en ninguna fue tan evidente todo esto como en la que se encarga de darle apertura. Escuchar a Jaz cantando “and listen to the drums” seguido de los golpes de Grohl haciéndose notar como de costumbre es completamente alucinante.
9. Here Comes The Singularity
Tras la muerte de Paul Raven en 2008, los miembros originales de Killing Joke (incluido el baterista Paul Ferguson) deciden reunirse una vez más como banda. El resultado de esta reunión fue Absolute Dissent, de donde se extrae esta canción que alude a la predicción maya y al fenómeno de singularidad tecnológica con un ritmo que si bien ya no es tan cargado como en sus trabajos anteriores, lo compensa rescatando con más propiedad las ideas del sonido post-punk. Guitarras más dispersas, bajo contundente y batería sencilla pero presente en todas partes.
10. Big Buzz
La formación original continúa unida hasta la fecha, y su álbum más reciente fue Pylon, en 2015. Alternando entre momentos atmosféricos y otros más llenos de adrenalina, en medio encuentran espacio para una sensibilidad pop que se dejó ver más bien poco desde “Love Like Blood” y “Adorations”. “Big Buzz” es un gran ejemplo de ella, y a través de una letra que alude a la nostalgia y “las caras y los amigos que pasaron con los años”, aprovecha para dejarnos una de esas canciones que son melódicas y llenas de potencia a la vez.
Playlist completa aquí.