1×1 de Whatever People Say I Am That’s What I’m Not

Por: Pablo Chilito Follow @PablochilitoDaniel Ospina Follow @TheMockMan y Alejandro Echeverri  Follow @Astantler

Hace 10 años veía la luz el primer álbum de Arctic Monkeys, Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not, el debut con mayores ventas de una banda en la historia del Reino Unido. Como una especie de tributo a un disco vital para nuestra generación, en Escena Indie decidimos hacer entre nosotros un análisis canción por canción de los 13 temas que conforman el disco. No es una retrospectiva como tal, sino una oportunidad para hablar sin complejos sobre las cosas que nos llamaron la atención de cada tema. Y por qué no, para meter alguna anécdota personal relacionada con esas grandiosas canciones.

1. The View From The Afternoon (Daniel Ospina)

No se me ocurre una forma más potente para arrancar una discografía como la de Arctic Monkeys. Es un acercamiento del indie rock a la línea más clásica del rock. Prueba de eso es que 10 años después vemos a los involucrados como auténticos visionarios. Matt Helders se mete a la leyenda de los bateristas con un intro poderoso en los tarros, Alex Turner canta como si rapeara entre esas dinámicas de guitarra tan pegadizas e impredecibles de Jamie Cook, a lo que se suma la cereza del pastel: el descarado bajo de Andy Nicholson, protagonista indiscutido de un álbum que no sería lo mismo sin esas líneas que incitaban a saltar siguiendo su ritmo.

2. I Bet You Look Good On The Dancefloor (Pablo Chilito)

La primera vez que escuché esta canción la tuve en la cabeza una semana; después soñé con el día de poder cantarla en vivo. ¿No les ha pasado que sueñan con poder vivir esa canción que tanto aman de su banda favorita en algún momento? Aunque no sea mi favorita, eso me sucedió el 4 de Noviembre del 2014. El calor, la lluvia, la espera, el frío , todo lo que tuvimos que pasar los asistentes en ese día valió la pena; era el concierto del año. Tener por primer vez a los Arctic Monkeys en nuestro país era un hito. 12 canciones después en su setlist, llegó ese momento en que Helders hizo sonar la batería con tanta fuerza que los puños volaron al aire y una sola voz gritó «Stop making the eyes at me, I’ll stop making my eyes at you». Casi como si estuviéramos entonando un himno, esta canción hizo estremecer el Coliseo Cubierto El Campín. Uno de los mejores recuerdos que nos llevamos de ese día.

https://www.youtube.com/watch?v=F8Kj6xlG6E4

3. Fake Tales Of San Francisco (Alejandro Echeverry)

Irreverente bajo una estructura de guitarra, voz y batería en la primera parte de la canción, guitarrera y potente en la segunda parte cuando en definitiva la voz de Turner y las voces a coro de la banda concluyen. Detrás de las letras hay un retrato de una banda, de la vida en el camino:

“There’s a super cool band yeah
With their trilbies and their glasses of white wine
And all the weekend rock stars in the toilets
Practicing their lines”

4. Dancing Shoes (Daniel)

Cuando estaba terminando el bachillerato un amigo me insistía mucho con Arctic Monkeys, en una época donde el indie todavía no era mi pan de cada día. Recuerdo que esta canción en concreto me resultó llamativa por ser bailable, pero en vez de usar sintetizadores se valía de las guitarras para hacernos mover el esqueleto. Por esos días en Colombia no mucha gente sabía que eso se podía hacer en el rock, y en el resto del planeta parecían haberlo olvidado. Tal vez por eso es tan especial en su catálogo.

5. You Probably Couldn’t See For The Lights But You Were Staring Straight At Me… (Daniel)

Los nervios de ver a la niña que a uno le gusta en medio de una rumba fueron bien plasmados en esta canción. Turner se refiere a la situación con un humor puramente británico:

“And I’m so tense, never tenser
Could all go a bit Frank Spencer?
I’m talking gibberish, tip of the tongue but I can’t deliver it …
Properly, oh it’s all getting on top of me
And if it weren’t this dark you’d see how red my face has gone”

Como si quisieran representar el pulso acelerado que representa estar de frente ante ella, la batería de Helders tiene todo el espíritu cantinero que puede tener una banda que hasta entonces poco conocía de grandes escenarios. ¿Y las guitarras? Como siempre, incrementando la velocidad de la sangre en el cuerpo con sus ritmos endiablados. Pero para uno, porque se pone todavía más nervioso en frente de la chica.

6. Still Take You Home (Daniel)

Es una canción que hace justicia al papel de Jamie Cook en Arctic Monkeys. El guitarrista es el responsable de escribir la letra (una de las pocas que no escribió Turner en la trayectoria de la banda) y de hacer que su instrumento tenga un dominio abrumador con un riff ingenioso y a la vez rompedor. Eso es mucho decir para un disco tan condenadamente guitarrero.

7. Riot Van (Pablo)

¿Alguna vez sintieron ganas de simplemente salir a la calle y caminar  en medio de la noche? A eso me recuerda esta canción; a un de vida en que no importa gran cosa de lo que esté sucediendo. Un instante en que sólo tenemos ganas de caminar por las calles de Bogotá ríendo, sintiendo que en ese momento lo único que importa es estar bien; y quizá meterse en problemas de alguna forma estúpida. Riot Van es para esos momentos en que vamos todos caminando por una gran calle, llena de árboles, golpeando cualquier cosa con un palo y siendo felices.

8. Red Lights Indicate Doors Are Secured (Pablo)

La velocidad que la canción posee es lo que más me gusta, no es mi favorita de este álbum; pero realmente siento que podría existir una conexión entre la letra y algún vago recuerdo que alguno de nuestros lectores guarde de una noche de fiesta. El momento en que no los dejan entrar a algún club de la ciudad, o el momento en que pelean con el taxista porque no los lleva a todos en el mismo carro. Quizá también un enamoramiento de una chica que ven por la calle, una pelea de borrachos… Posiblemente alguno de ustedes asemeje esto con una noche de viernes por Bogotá.

9. Mardy Bum (Pablo)

Esta canción en particular tiene muchas historias detrás: son incontables los abrazos que sucedieron en la cocina, las veces en que los chistes estúpidos salvaron los momentos en que las cosas estaban mal, o todas las veces que tuve que disculparme por llegar tarde a los encuentros en las tardes de fin de semana. Son tantas las cosas que podría resumir todos esos días en el 4 de Noviembre del 2014. Recuerdo mucho ese concierto por todas las cosas que sucedieron; algo que jamás olvidaré es ese momento en que desde mi silla en Palco Central grité con todas mis fuerzas «¡Mardy Bum!», como creyendo que tocarían esta canción. Luego vino un silencio y cuando los primeros acordes de la canción se hicieron presentes entre nosotros, no pude evitar que se me aguaran los ojos, no pude evitar abrazar como nunca antes había hecho, y lo más importante, no pude evitar marcar ese momento como uno de los más importantes de mi vida.

10. Perhaps Vampires Is a Bit Strong But… (Alejandro)

Una de las canciones más subvaloradas del álbum, con todo el potencial de ser una de las más épicas: es como un cuento en el que se diferencia perfectamente un inicio, contundente (característica que se resalta en casi todo el álbum) con Turner cantando prácticamente sin descanso, un interludio en el que hay un bajo perfecto y de ahí el final, plenamente guitarrero.

Canciones como “When The Sun Goes Down” ó “Dancing Shoes” son perfectamente singles dado que captan la atención inmediatamente mientras que una canción como esta logra llamar la atención por la descarga de energía constante.

11. When The Sun Goes Down (Pablo)

La velocidad de esta canción hace sentir una energía particular. La batería de Helders casi que me impulsa a meterme en medio de un pogo y bailar en él durante toda la noche. Es una canción que, quizá, por la forma en que Turner la canta me recuerda a un hombre ebrio que trata de hablarte en medio de un bar y sólo buscar crear una conversación mientras se vuelve incómodo; pero luego estallan los platillos, las guitarras y… allí vamos de nuevo al pogo

12. From The Ritz To The Rubble (Daniel)

Lo que hizo llamativo el principio de la trayectoria de los monos fue que en medio de su inocencia abordaban las canciones desde una óptica menos convencional. El resultado permitió que surgieran temas como este, con cambios de ritmo constantes donde las estrofas a ratos parecen habladas, las guitarras siempre van entre lo melódico y lo crudo, el bajo de Andy Nicholson es libre de moverse con soltura en todo momento, mientras que Helders deja salir el lado más punk de su estilo como baterista.

13. A Certain Romance (Alejandro)

Intro muy poderoso (la batería en solo segundos antes de que aparezca la primera guitarra), el punteo de guitarra característico y el bajo, profundo y el que marca la base de toda la canción. Tiene todos los elementos para ser una canción pop, con el añadido del talento de Turner para “contar historias” a través de sus canciones:

 “’Cause over there there’s broken bones
There’s only music, so that there’s new ringtones”

Refiriéndose en gran parte a la vida en algún suburbio de Inglaterra.