5 canciones para escuchar antes de un partido de fútbol

Por: Daniel Ospina 

Todavía siento como una cachetada el hecho de que el Festival Estéreo Picnic prohibiera el ingreso de camisetas de fútbol, este año. No me malinterpreten, entiendo las razones y las comparto. Pero es fatal que fútbol y música (al menos la que a uno le gusta) no se puedan llevar bien en «el país mas feliz del mundo» (guiño, guiño). De un día para otro las relaciones entre ambas partes se convirtieron en una cuestión de élite y marginalidad. A la larga lo único que hace esa situación es limitar a una escena que, tanto que busca parecerse al Reino Unido (y a cierto nivel, Argentina), no es capaz de asimilar esa relación tan armónica y explosiva que tienen con el balompie la mayor parte del tiempo.

Sería presuntuoso de mi parte pensar que «los duros» de la integración y la apertura leerán esto pronto, pero si lo hacen y se sienten ofendidos u horrorizados, sepan que no estoy afiliado al sindicato y no me interesa estarlo. Ni al de ellos ni al de los puristas, ya sea del fútbol o del rock o de lo que sea.

Luego de esa demostración de egomanía (todo sea dicho), decidí armar un Top 5 de las que considero fueron las canciones que hicieron especiales los torneos en cuestión.

No fue fácil, puesto que la dinámica de hacer «himnos mundialistas» no iba muy en serio cuando se puso la idea en circulación en la edición de 1962. Aunque desde 1978 el concepto tuvo continuidad hasta la fecha, no se vieron resultados de especial recordación hasta un tiempo después. A eso se le suma que hubo un punto en que se hacia distinción entre la «canción del Mundial» y el «himno del Mundial». Incluso hubo canciones que, haciendo alusión al Mundial, no iban relacionadas con la FIFA sino con los patrocinadores del torneo, como Coca Cola. Estas en algunos casos obtenían mejores resultados que las oficiales.

Además, hay que resaltar las «canciones mundialistas» de cada selección, como una forma de apoyar al equipo desde la música. En ese grupo entrarían para el caso de Colombia, por ejemplo, las canciones que hicieron Diomedes Díaz y, más recientemente (con el dolor de oídos del caso), Cali y el Dandee.

De cualquier forma este es el Top 5:

5. «El Rock del Mundial» (Chile 1962):

Al principio iba a poner en esta posición el tema que compuso Darryl Hall junto a The Sound of Blackness para el Mundial de Estados Unidos de 1994. Pero lo sentí algo vacío cuando lo compare con esta canción, cortesía de Los Ramblers.

Ellos se encargaron de darle vida a un himno que pasó más bien desapercibido si se le compara con otras canciones mundialistas. Como dije más arriba, la idea de estas no surgió hasta esa edición. Y tomando en cuenta que era una época donde los mismos cabían más bajo el adjetivo de «simpáticos» que en el de buenos como tal, tiene todo el merito del caso. Primero, porque se hizo en modo rock and roll en un momento en el que todavía el género inspiraba dudas morales. Segundo, porque mas que abordar la temática universal del torneo se centra en animar a la selección chilena, lo que contrasta directamente con las canciones de las ediciones más recientes del Mundial. Y tercero, en un aspecto más estrictamente musical, fue pionera para que se empezara a hablar de rock chileno.

4. «The Time Of Our Lives» (Alemania 2006):

Toni Braxton e Il Divo colaboraron en una balada tremenda, que llega hasta lo mas profundo del ser (les guste o no el fútbol). Es una oda a la gloria, a la victoria, a pelear hasta la muerte, a lo que hizo grandioso a este deporte alguna vez, ahora mucha de su grandeza proviene del marketing. Y claro, ver el «giro» de Johan Cruyff en el 0:21 lo es todo.

3. «Anthem 2002 FIFA World Cup» (Corea y Japón 2002):

Compuesta por Vangelis (el mismo responsable de las bandas sonoras de películas como 1942: Conquest Of Paradise de Ridley Scott y Alexander de Oliver Stone), es de los casos más curiosos en esta lista. Es instrumental, alejada de cualquier intención comercial (tuvo se respectivo remix eurodance) y acorde con esa imagen que siempre busca exportar el lejano oriente al mundo: la de inspirar mística por todas partes. Tuvo 4 versiones (una sinfónica entre ellas), pero la oficial fue esta.

2. «Celebrate The Day (Alemania 2006)»:

Con este son dos los temas que se incluyen de Alemania 2006. ¿A que se debe? Pues ocurre que esa edición del torneo tuvo hasta tres canciones mundialistas con distinciones un poco confusas. Estaba la «canción del Mundial» que era «Hips Don’t Lie» de Shakira, también un «tema del Mundial» que era la ya reseñada «The Time Of Our Lives», y un himno del Mundial, que era este. Lo anterior demuestra que problablemente la FIFA poco sabe de cómo funciona ese negocio, o poco sabía, porque pusieron a repetir a Shakira 4 años después, y este año le dieron a Pitbull la libertad de hacer el himno mundialista mas deprimente de todos.

Pero al margen de eso, debo reconocer que con este tema de Herbert Groenemeyer empezó algo de mi melomanía musical-mundialista. Es realmente atrapante, con algunos toques africanos, aplicando muro de sonido en la última parte y dejando claro, si es que todavía había necesidad de hacerlo, que Alemania es mucho mas que tipos duros acomplejados por el pasado nazi y fríos como la Posguerra. Animó bastante las cosas en un torneo que, en mi opinión, no fue gran cosa en lo futbolístico, pero si funcionó como la primera evidencia del nuevo nivel mediático que alcanzó el mismo gracias a la globalización.

1. Un’ Estate Italiana (Italia 1990):

Difícilmente puede tener discusión el primer puesto. Y es que, ¿hay un tema en el que este involucrado Giorgio Moroder en la producción que no quede en el #1 de lo que sea? prácticamente imposible. El logro de esta canción interpretada por Edoardo Bennato y Gianna Nannini, radica en un equilibrio entre reflejar el sentido universal del Torneo, y mostrar algo representativo de Italia que más allá del idioma, refleja un poco de la música pop en el país de la bota (incluyendo a Moroder).

En este post lo definitivo no es la lista (que realmente podría re armarla por completo de acuerdo a los recuerdos que me lleguen a la cabeza), sino el hecho de que el fútbol y la buena música, esa que va mas allá de si misma, no pueden seguir rechazándose de la forma en que lo vienen haciendo, ni pueden seguir generando tanta división ideológica y social en un país que dice prepararse para un proceso de paz. De aquí en más, y cada vez que sea posible, dedicaré mis fuerzas a mostrar que ambos mundos están mucho más cerca de lo que unos y otros pueden imaginarse. No sé si sirva para que los mismos se acerquen, pero es importante mostrar que ese vínculo existe para que, si igual se van a seguir llevando fatal, lo hagan por las razones correctas.

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