Música en el cine

Por: Juan Nassiff @JuanNassiff

“Una buena canción se arrastra cualquier imagen” fue lo que me dijo un profesor en la universidad cuando le estaba mostrando mi trabajo y ha sido algo que se ha quedado en mi cabeza desde entonces y encuentro difícil de refutar, pero también cabe decir que no cualquier canción es la idónea para acompañar una imagen, ejemplo Watchmen (Zack Snyder, 2009) que pese a iniciar en un punto alto con la siempre memorable The Times They Are A-Changin’ de Bob Dylan, con una secuencia que nos contextualiza en ese mundo espejo donde Richard Nixon lleva 3 reelecciones y Estados Unidos gano Vietnam, luego decae al usar Hallelujah de Leonard Cohen en una escena sexual entre sus protagonistas, son dos cosas que a mi parecer no van de la mano, a no ser que se intentara hacer un chiste entre el momento del orgasmo y el Hallelujah, que de todas maneras continua sin ir de la mano.

Claro que no todo son desaciertos, como por ejemplo Burn de The Cure, usada magistralmente por Alex Proyas en la película The Crow (1994) en la escena en la que Eric se convierte en el Cuervo, (una escena demasiado buena para ser descrita realmente) y continuando con esa nota somos acompañados por Dead Souls (versión de Nine Inch Nails) cuando Eric se dirige hacia la primera víctima de su venganza.

La música y el cine van de la mano desde sus inicios, ya sea como un simple acompañamiento o por intención dramática, puedo quedarme escribiendo sobre los tipos de música en el cine, pero para que hablar de algo que se puede buscar en Google, es mejor hablar sobre lo que nos hace sentir la canción indicada en la escena indicada y como una banda sonora nos puede contextualizar en el tono, tipo y para quien va dirigida una película, cosas como cuando se ve una película y se descarga (o compra) la banda sonora solo por una canción y al escuchar otras canciones apreciamos la película de una forma distinta, canciones que nos marcaron y es casi imposible no asociar con una escena o el momento de nuestras vidas en el que las escuchamos, canciones que tomaron un sentido completamente distinto al ver las en una película acompañando a los personajes.

Quien puede negar que no siente escalofríos al escuchar el tema de “Jaws” (John Williams 1979), saber que la aventura va a comenzar al escuchar el tema de “Back To The Future” (Alan Silvestri 1985), volvernos unos seductores al compas del sonido del bajo del tema de “James Bond” (Monty Norman y John Barry 1962), estar en medio de un duelo con “The Good, The Bad & The Ugly” (Ennio Morricone 1966), entender que la amistad es incondicional con los primeros segundos de “You’ve Got a Friend in Me” (Randy Newman, Toy Story 1995), entrar en la mente de un genio de la informática con “In Motion” (Trent Reznor y Atticus Ross, The Social Network 2010), valorar la lealtad y la familia el escuchar el tema de “The Godfather” (Nino Rota 1972), ver como el amor no está sujeto al género con “A Love That Will Never Grow Old” (Gustavo Santaolalla, Brokeback Mountain 2005), atrapar criminales por las calles de San Francisco acompañados por Lalo Schifrin (Dirty Harry 1971) y finalmente sentirnos inspirados y motivados a alcanzar la gloria siempre que escuchamos el tema inicial de Chariots Of Fire (Vangelis 1981).

Puede que nunca entendamos como es que la música y las películas nos pueden hacer sentir lo que sentimos, pero si sabemos que la buena música y las películas siempre se deben compartir y es por eso que tendremos este espacio en escena indie, para compartir un poco de los que nos hace sentir.