Reseña: Árbol De Ojos – Regular

Por: Daniel Ospina Follow @themockman

Cuando Árbol De Ojos lanzó su primer trabajo de estudio, ‘Zorro’, luego de siete años en el anonimato entre ensayos y presentaciones en bares donde irían encontrando su manera de hacer las cosas, recuerdo que en su momento ese debut no me gustó mucho. A pesar de tener cortes de difusión como «Tal Vez» o «No Soy De Confiar» que les dieron reconocimiento en el panorama local, considero que el disco sonaba muy pulido para tener las influencias de Arctic Monkeys y Queens of the Stone Age que todos parecían notar entonces en ellos. El grupo en si mismo no me disgustaba, pero no terminaba de cerrarme.

Personalmente tuve la oportunidad de verlos hasta la fecha en 3 ocasiones. Una haciendo de teloneros para Los Bunkers en el 2013, otra al año siguiente en Estéreo Picnic, y otra en el Festival Hermoso Ruido del 2015. Las dos primeras veces me di cuenta que sus canciones en directo sonaban mucho más desenvueltas que en las versiones de estudio, lo que me dio esperanzas con ellos de cara al futuro. Pero cuando se presentaron en el Hermoso Ruido básicamente entendí de qué se trataba Árbol De Ojos.

Para entonces ya habían estrenado dos nuevas canciones, «Poliglota» y «Esta Canción No Es Tu Canción». Lo increíble es que esa noche el vocalista Camilo Maldonado se soltó más que de costumbre en su interacción con el publico mientras las guitarras disparaban la adrenalina a un punto que no recuerdo haber escuchado en ninguna otra banda local. Me dejaron una sensación de éxtasis que me hizo ver algo grande gestándose ahí.

Luego apareció un tercer adelanto, «Cangrejo», con el cual quedó claro a lo que debíamos atenernos con el segundo álbum, ‘Regular’: un aura de libertinaje sobrevolando las canciones, coordinadas entre baterías potentes y guitarras a todo volumen.

La dinámica del disco consiste en alternar temas rápidos con otros más lentos, pero esta vez con una mayor fluidez que la mostrada en su primer álbum. Sirve como prueba el arranque con «Poliglota», bien peculiar porque la batería se encarga de darle un tono aplastante mientras las guitarras son libres de producir el caos a pesar de ser más como un vals en clave rock. Le sigue el voltaje de «Cangrejo», mucho más rápida y con un tono desafiante en la voz de su Camilo. Es un rock and roll sucio, atrevido como no siempre uno ve en Colombia, y que aprovecha también cositas del indie rock, especialmente de los Arctic Monkeys.

En «Todo Va A Estar Bien» el asunto se torna más seductor con un ritmo lento pero igualmente preciso. El trabajo de guitarras es simplemente majestuoso y ratifica mejor que cualquier otro tema la configuración de un sonido propio, solido, e irresistible en el quinteto. «Lo Menos Peor» tiene una letra muy intrincada e ingeniosa sobre una relación lujuriosa y algo tormentosa pero igualmente adictiva (como el sonido de ‘Regular’, todo sea dicho). Nuevamente el tono roncarolero se hace presente.

Llegados a la mitad del disco, y los referentes pasan de ser los Arctic Monkeys a los primeros The Strokes. Primero con «No Hay De Que Hablar», con ganchos bien definidos y una producción como de «indie para estadio» que sorprende por lo bien trabajado del resultado. «No Fue Por Tontos» sigue muchas de las ideas de Julian Casablancas y compañía: punteos pegadizos pero sencillos a lo The Cars, ritmo garage definido y una voz que evoca la noche y la ciudad todo el tiempo.

El pulso rock endiablado que al parecer es ya marca registrada de Árbol De Ojos encuentra uno de sus puntos más altos con «Aprendiendo A Decir No». El riff de guitarra tiene una inspiración clara en el surf, pero su ejecución  por parte de la banda es más cruda. Tiene ese trazo garage rock que lo hace un detonante perfecto para la adrenalina en los conciertos (cosa que podría decirse de todo el disco) siendo una de las dos canciones de ‘Regular’ donde consiguen el mejor resultado de cara a los directos.

En «Probabilidades» vuelve la calma seductora con punteos de guitarra que se prolongan hasta el infinito y un ambiente más reflexivo del que acostumbran, dejando evidencias de una búsqueda de nuevos horizontes creativos de cara al futuro. Nuevamente los picos de emoción se disparan en «Reptiliana», siendo con distancia la más oscura entre todas las canciones del álbum. Para el final nos dejan «Esta Canción No Es Tu Canción», en definitiva lo mejor que haya compuesto Árbol De Ojos hasta ahora.

No siempre el rock colombiano se caracteriza por mostrar originalidad. Aunque eso no implica que una canción sea buena o mala, puede marcar la diferencia entre la trascendencia y el disfrute temporal. Árbol De Ojos dejó claro eso con su segundo trabajo discográfico, donde no solo terminan de darle forma a su sonido, sino que ponen en nuestros oídos letras que evocan constantemente una irresponsabilidad traviesa, pero también ingeniosa.

Porque si algo celebra ‘Regular’ es el amor casual y las aventuras fuera de la relación de pareja incluso más que su debut. Las letras siguen la misma idea de recopilar estas historias donde el hombre o la mujer pueden ser los astutos que se divierten a costa del otro. La gran diferencia radica en que se concentraron en ser más directos que en ‘Zorro’. Acá la adrenalina quedó por encima de la consola, cosa que no les impidió sonar reflexivos cuando lo exigía la situación, dejando ver todos los matices que conforman su sonido. Eso si, al momento de subir la velocidad se propusieron dejar sin aliento a todo el mundo. Y lo consiguieron.

Sin el mismo impacto mediático de un Diamante Eléctrico, Árbol De Ojos se las ha ingeniado para consolidar un sonido que no tiene nada para envidiarle al ganador del Grammy Latino del año pasado en lo que a fuerza se refiere.

Mi recomendada es «Lo Menos Peor». Todo en esa canción demuestra lo mucho que han mejorado y madurado comparado con los tiempos de ‘Zorro’.

Aquí va «Todo Va A Estar Bien».