Por Fernanda Cobos @Guerechuchu
Vivir de la música, ¿realidad o ficción?. Esta parece ser la pregunta central dentro de la trama en la nueva película de los hermanos Coen, «Inside Llewyn Davis». La cinta protagonizada por Óscar Isaac, Justin Timberlake y la afamada Carey Mulligan, narra la historia de un músico de folk, de los años 60, que aunque desborda talento, carece totalmente de suerte.
La vida del desafortunado cantante, Llewyn Davis, es representada por el actor y cantante guatemalteco Óscar Isaac, a quien hemos visto en películas como Cristiada, Body of lies y Ágora, entre otras. Su actuación transmite frustración, cinismo, irrespeto,desesperanza que por momentos se camufla con humor y una actitud irreverente frente al mundo. Davis, sin casa, sin plata, con pésima relación familiar y un recuerdo ocasionado por la muerte de un amigo -y ex compañero en la música-, logra sobrevivir gracias a la generosidad de sus conocidos, su inseparable guitarra y un gato. La actuación de Isaac, lo ha llevado a obtener varios premios por este papel y recibió una nominación a un Globo de Oro. Por su parte la película cuenta con dos nominaciones en los premios Oscar en las categorías mejor fotografía y mejor sonido.
La historia se teje alrededor de la banda sonora, hilo conductor de la historia que presenta pocos momentos de euforia y muchos otros nostálgicos y hasta trágicos, sin embargo sea cual sea el momento, la música nunca para, convirtiéndose en la protagonista y principal aliada de Davis. Canciones de Marcus Mumford (Mumford and Sons), Bob Dylan y otras versionadas por el propio Isaac y colaboraciones de Justin Timberlake, están presentes en este reflejo musical de la época.
Los directores Ethan Jesse Coen y Joel David Coen, presentan personajes extravagantes, humor negro, algo de sátira y por supuesto un cuidado absoluto por la imagen, los planos y las secuencias fotográficas en la mayoría de sus películas. Inside Lleewyn Davis, no es la excepción, por el contrario ratifica el culto de los directores por los aspectos clásicos, tanto en la música como en lo audiovisual.
Al ver la película, fue inevitable pensar en cómo han sido los procesos musicales en el mundo y por supuesto cómo han sido los colombianos.Cómo algunas bandas dejan atrás sus proyectos musicales porque no logran posicionar sus propuestas con rapidez, porque la música no da los frutos suficientes para sobrevivir o porque se cansan de tocar mucho y ganar poco. Realidad más que ficción.
La cinta es una pieza que si bien no genera reflexión en primer momento, si deja la puerta abierta a observar cómo ha sido el camino de varios músicos, en esta oportunidad en la década de los 60: la necesidad de un agente o manager, los pocos lugares para tocar y la mala paga -o en algunos casos inexistente-, una escena musical en la que emergieron artistas como Bob Dylan y Tom Paxton. Una mirada al panorama musical desde la perspectiva de los Coen.
