Presentando una nomina de 50 artistas, ayer se reveló el cartel de la octava edición del Festival Estéreo Picnic. Anuncio este que tenía encima una exigencia adicional a la de costumbre luego de la cancelación de Lollapalooza Colombia y esa responsabilidad de ofrecer un cartel más aceptable para el público. Con una campaña de expectativa bastante ingeniosa girando alrededor de un cassette y «seres extraños» que se van a tomar el Mundo Distinto que nos ofrecen siempre, las cosas parecían encaminarse bien a pesar de que nuevamente la «rumorología» alrededor de la «posibilidad» de ver a Radiohead y Daft Punk era insistente en varios medios (totalmente reprobable que se prestaran para eso cuando fue una de las cosas por las que achacaron el fracaso de Lollapalooza, por cierto). Finalmente el miércoles a las 9 de la mañana supimos la verdad con un magnifico vídeo que hasta le rinde tributo a David Bowie.
Por primera vez desde 2012 no siento esa presión de ver a mis favoritos de todos los tiempos en la tarima del Festival, pues ya tuve la posibilidad de verlos en ediciones anteriores. Esta vez me sentía con la chance de observar la evolución de Estéreo Picnic por un año más, pero ahora desde un punto de vista más relajado que de costumbre. Supongo que por eso terminé tan sorprendido cuando finalmente apareció el line-up.
Dicho eso, hablemos del primer renglón del cartel. Después de muchos años pidiéndolos, finalmente The Strokes pisan suelo colombiano luego de verlos a cuotas en ediciones anteriores (Julian Casablancas y Albert Hammond Jr estuvieron como solistas en 2014 y 2016, respectivamente). Llegan presentando ‘Future Present Past’, un EP donde siguen la linea new wave que vienen marcando desde ‘Angles’. No es el mejor momento de sus carreras, pero tampoco es uno malo. Excelente que vengan para matar la fiebre del público, pero en lo personal soy más bien reservado con eso de si la van a romper o no.
Del resto (y a pesar de que solo me pudo gustar colaborando con Disclosure en «Nocturnal»), diría que The Weeknd es una cuota pop valida y con vigencia para Estéreo Picnic presentando su nuevo álbum ‘Starboy’, donde colaborará (vea usted) Daft Punk. Por su parte, deadmau5 y Justice se van a encargar de la cuota electrónica, mostrando ambos un lado del house alejado del EDM y de lo que uno solía esperar cuando metían en el cartel a Skrillex, Major Lazer o Jack Ü, y acompañados ambos de puestas en escena arrolladoras. Por el momento y a falta de que se sepa cual es el artista sorpresa de Lollapalooza Chile, ambos son un lujo exclusivo de Colombia en esa temporada de conciertos. Mis expectativas irían más por el lado de Justice, aunque será interesante ver qué tiene deadmau5 para animar la noche.
En el segundo renglón encontramos a The XX que dará su segunda presentación en Colombia tres años y medio después de estar en el Festival SOMA (posiblemente con nuevo álbum), a Martin Garrix como el bastión de la EDM en el cartel, a Wiz Khalifa como el Snoop Dogg del próximo año, y Flume que llega presentando su brillante álbum ‘Skin’. Este ultimo vendría a ser una apuesta personal con ese estilo híbrido de Chet Faker y Disclosure. Con The XX no soy tan afín, así que están autorizados a sorprenderme.
Haciendo distinción por géneros, encontramos que la curaduria estuvo bien equilibrada. Indie rock a cargo de Cage The Elephant, Silversun Pickups (ambos rescatados del cartel de Lollapalooza Colombia), Two Door Cinema Club y Catfish And The Bottlemen; nostalgia noventera en forma de Rancid ySublime With Rome (o sea, los Sublime de «Santeria» pero con otro nombre y otro cantante); hip hop con G-Eazy, propuestas más personales a cargo de Vance Joy y Quantic, y electrónica con muchas variantes, ya sea en la forma del house de Damian Lazarus y Caribou, los estilos más orgánicos y personales a cargo de Glass Animals, GusGus y Bob Moses, o el techno frío y sin concesiones de Richie Hawtin, un recomendado personal si son de esos que rinden culto a los grandes DJs del pasado. Si les interesa, busquen lo que ha lanzado bajo los alias de F.U.S.E. y Plastikman. Se van a sorprender.
Como viene siendo costumbre, muy poco para ver de otros países latinoamericanos. Pero a su favor podemos decir que las incorporaciones al cartel en esa dirección fueron muy llamativas. La electro-fusión de Chancha Via Circuito desde Argentina, el reggae de los venezolanos Rawayana, un ecuatoriano llamado Mateo Kingman que debutó este año con un disco donde el trip hop, la fusión y alguna deuda con Natalia Lafourcade y Jorge Drexler se notan bastante, y la mezcla calculada de crudeza con sensibilidad por parte de AJ Davila desde Puerto Rico. Especial ojo con este último, porque fácilmente puede ser una de las cosas más impresionantes que tiene para ofrecer Latinoamérica tanto en canciones como en su particular propuesta musical. No se siente tan alejado de Alex Anwandter, si me lo preguntan.
Para cerrar, la cuota nacional. El nombre grande en ese sentido es Totó La Momposina, a quien ya venían buscando desde ediciones anteriores para incorporar al cartel. No es mi estilo en lo absoluto, pero tiene una trayectoria de respeto y es bueno que tenga ese tipo de reconocimiento. Para complementar su presencia, los representantes del folclor irán por el lado de Bazurto All Stars y Canalón De Timbiquí, mientras que Zalama Crew y Cero 39 se encargarán de mostrar el lado más atrevido de la fusión entre folclor y estrategias de soundsystem. Pero el verdadero punto de ruptura en términos del folclor se puede encontrar en Elkin Robinson, un cantautor de la isla de Providencia que hoy por hoy es el protegido del productor pionero de la «nueva música colombiana», Richard Blair. No soy de seguir mucho ese tipo de propuestas, pero esa en particular tiene lo suyo.
Entre los otros estilos que tiene para ofrecer Colombia, estará Nawal para representar al reggae, Ali A.K.A. Mind y N. Hardem hacen lo propio en el hip hop, mientras que Julio Victoria, Felipe Gordon, y Ságan junto a nuevos exponentes relativamente nuevos para la escena como Julio Garces o Ädi ponen la electrónica. Los más ligados a las tendencias internacionales del indie van a estar representados por el acople jazz/bluegrass de los Cocó Nonó, el folk personal de Buendía y el synthpop elegante de los antioqueños Popstitute, mientras que las guitarras correrán a cargo de Árbol De Ojos, Seis Peatones, Nanook El Ultimo Esquimal, Los Makenzy y Los Hotpants.
Francamente esta vez tenia muchas más dudas que de costumbre con lo que pudiera traer Estéreo Picnic. Es decir, sabia que partían con mejores posibilidades de ofrecer algo más solido para pagar medio millón de pesos que lo ofrecido por Lollapalooza Colombia (incluso re-encauchando muchos de los grupos que aparecían en ese cartel, como finalmente hicieron). Me preocupaba que no hubiese cabezas de cartel con más peso en esta ocasión y nuevamente caer en esa polémica absurda de hace unos meses. Afortunadamente hicieron la tarea que por distintos motivos no pudieron hacer antes: la de los headliners. Y eso marcó la diferencia.
Es un cartel bien variado, consistente, y en definitiva con muchas sorpresas a bordo. El público ha respondido especialmente bien al anuncio y de hecho varios lo califican como el mejor de la historia del Festival (es debatible, pero coincido en que puede estar entre los mejores), cosa que debería dejar muy en claro que a este público no se le debe subestimar con todo y sus vicios. De pronto me queda la espinita de que finalmente no traen a Duran Duran, o el hecho de que entre las incorporaciones latinoamericanas no hay un referente actual o del pasado. Pero son quejas mínimas, en realidad.
Siendo así, queda abierta la invitación para todos a que asistan a esta edición. Si no han estado nunca en un Estéreo Picnic, créanme cuando digo que esa inversión vale mucho la pena siempre que se den la oportunidad de sorprenderse. Si ya han asistido antes, bueno… pues si sirve de algo, Justice es lo más cercano a Daft Punk que vamos a estar en un buen tiempo. Y tanto a GusGus como a Two Door Cinema Club siempre vale la pena repetírselos.