Coachella 2016: la historia contada en primera persona

Ferris Wheel

Texto y fotos por: Alejandro Echeverri  Follow @Astantler

Después de nuestro paso por Lollapalooza Chile 2016 tuvimos la oportunidad de asistir a otro de los festivales más importantes del mundo: Coachella, el cual se lleva a cabo anualmente durante dos fines de semana seguidos durante el mes de abril con el mismo lineup. En nuestro caso asistimos al primer fin de semana que se celebró del 15 al 17 de abril. Si alguna vez se han preguntado qué se siente estar en uno de los festivales más grandes y prestigiosos del planeta, en Escena Indie queremos darles una reseña de los aspectos que consideramos más relevantes en términos de experiencia. Les contaré la experiencia vivida en estos tres días de música y paisajes californianos que dejan a cualquiera sin aliento.

 

El principio

Sin saber qué nos íbamos a encontrar llegamos el 14 de abril a Cathedral City, el lugar en el que nos hospedaríamos durante la duración del festival. El evento se lleva a cabo en la ciudad de Indio, la cual está enclavada en un valle del mismo nombre del festival y que adicionalmente está comprendido por otras ciudades: Palm Springs, Cathedral City, Indio, Indian Wells, La Quinta, Rancho Mirage, Coachella (como ciudad, es la que queda más al sur del valle), Palm Desert y Desert Hot Springs. Nuestro alojamiento se encontraba después de Palm Springs y a aproximadamente 30 o 35 kilómetros del Empire Polo Club, así que teníamos que tomar dos transportes: la ruta de bus que recorre todo el valle hasta el mall Westfields, en Palm Desert y luego de allí tomar el shuttle (ruta de bus oficial) del festival para llegar directamente a los polo fields.

Quiero hacer un «alto» en este momento y quiero que usted, señor lector, cierre los ojos por un momento y se imagine esto: un campo con césped verde, en donde al fondo ve muchas palmeras y mas allá ve una cadena montañosa, pero no con montañas verdes sino rocosas, desérticas. Tampoco se imagine un desierto rojo: imagínese que esas montañas son grisáceas… ¿tiene su imagen proyectada? Ahora sienta que usted va a vivir con ese paisaje durante tres días y que cuando se topa con eso por primera vez usted queda sin palabras ante tanta belleza. ¿Lo imaginó? Bueno, es algo como esto:

Empire Polo Fields

Así nos recibió el festival… 🙂

En el momento cuando el bus entró y vi esto dije: «es el paraíso». Y no estaba equivocado: todos los pasajeros celebraron al unísono cuando el vehículo parqueó en su posición final, mientras su conductor muy amablemente nos dijo: «Weeeelcome to Coachella, guys! Please enjoy!». Cuando desabordé el bus comencé a caminar y a ver a la gente: algunos corriendo, otros bailando mientras caminaban, otros gritando «Fuck yeah!»: felicidad ante todo, cosa que nunca pero nunca había sentido en lo que llevo asistiendo a conciertos.

Quiero hacer otro alto aquí: ¿por qué inmiscuyo la parte «sentimental» del asunto y no la música? porque pienso que un festival no solo está compuesto de ir a los actos (quienes son obviamente la parte más importante del evento) sino que ese tipo de cosas aportan a la experiencia y pues el público es gran parte de todo ese conjunto. En este caso sus asistentes fueron personas que sabían que estaban en un evento masivo, bien sea por la música, bien sea por lucir su «outfit» o bien sea por decir que estuvieron allá. Todos esos temas los trataré al final de este post.

Los shows (y el difícil dilema de escoger)

Paisajes

En temas de producción y logística de los shows todo fue impecable: presentaciones que comenzaban y finalizaban casi que contrarreloj (excepto por una notable excepción voluntaria que no es extraña: Guns n’ Roses), escenarios tremendos (este es uno de los puntos más fuertes del festival) y demás detalles como iluminación, visuales y acústica a la altura del evento. Algunos asistentes apodan al festival como «Conflictchella», con toda la razón del mundo: tienes casi 200 artistas a los cuales debes darles máximo 45 minutos para su set (a excepción de los headliners) y los debes repartir en siete escenarios, características que son el caldo de cultivo perfecto para que uno como asistente tenga que pensar dos veces antes de escoger entre una banda u otra. El desplazamiento entre escenarios es importante ya que la distancia entre algunos es larga, sumado al hecho de caminar con 99.000 personas en un mismo sitio, cosa que lo hace difícil en especial cuando hay actos «grandes» (tipo Disclosure, GnR…).

Estando allá hay que planear la logística para comer (dejan entrar comida por si no se quiere comprar allá, ya que es algo costoso), para abastecerse de agua (en nuestro caso llevamos un Camelbak, un morral pequeño con capacidad para 2 litros de agua) ya que la temperatura durante el día oscila entre 30 y 33 grados con sol radiante, sin una sola nube haciendo del agua un recurso vital ya que al ser desierto y al estar expuesto todo el día al sol es fácil deshidratarse y pues comprar una botella de agua de 400ml o una bebida hidratante no justifica, ya que la primera la venden a $2 (dólares) y la segunda a $5. Eso y contando el tiempo que se tardaría uno en estar haciéndolo. Igualmente hay que planear abrigo, ya que en la noche («noche» allá es casi a las 8PM cuando el sol se oculta del todo) la temperatura baja bastante, oscilando entre unos 8 y 10 grados al final del evento (1:30 am).

Bonus: el primer día (viernes) hubo tormenta de arena durante gran parte del día. Algunos asistentes llevaron mascarillas (no es broma) y en mi caso un buff me ayudó a mitigar el impacto de las corrientes de arena. Dado este fenómeno mucha gente se enfermó.

Mapa oficial 2016

Mapa del evento con siete escenarios (sin contar el Heineken y Despacio): Yuma, Coachella, Outdoor Theatre, Gobi, Sahara, Mojave y el DoLab.

Una vez resueltos esos impedimentos comenzamos a recorrer el sitio y a ver algunos actos que no estaban planeados en nuestro itinerario. Algunos descubrimientos buenísimos, otros no tantos pero igual valieron la pena, mientras se hacía tiempo para el resto de actos que queríamos ver. Aquí van algunos de los que vimos a lo largo del fin de semana:

Joey Bada$$

Joey Bada$$ en el Coachella stage. Viernes 15 de Abril.

Coachella Stage Set times

Set times del Coachella Stage. Viernes 15 de abril.

Miami Horror

Miami Horror como siempre con su energía tremenda en vivo. Viernes 15 de abril.

Foals

Foals en un cierre un tanto «problemático» (les cortaron el sonido porque se pasaron del tiempo). Aquí Yannis cantaba sin amplificación mientras el staff amenzaba al resto de la banda con llamar a la policía.

M83

M83 abriendo con «Reunion». Show hermosísimo.

LCD Soundsystem

LCD Soundsystem cerrando el viernes y su set con «All My Friends».

Deerhunter

Deerhunter con un show muy «particular». Muy a su estilo. Sábado 16 de abril.

The Arcs

The Arcs con Joe Walsh y Glenn Schwartz. Sábado 16 de abril

Disclosure

Disclosure en un Coachella Stage totalmente lleno, casi a reventar.

Slash

Don Slash cumpliendo su cuota de virtuosismo. Cierre del sábado con Guns n’ Roses.

Melody's Echo Chamber

Melody’s Echo Chamber brindando un show brillante a un público contado. Domingo 17 de abril.

Goldenvoice, los productores detrás de Coachella se toman muy en serio la curaduría del festival: el lineup está perfectamente equilibrado entre grandes actos y lo que llaman el «undercard», artistas emergentes que por lo general terminan siendo referentes pocos años después de su paso por el mismo. Es increíble la cantidad de combinaciones que uno puede ver en un solo día: desde el proyecto más pop hasta el indie rock (si se me permite el uso del tag «indie») más «underground». No hay «inclinaciones» por un género u otro ya que de cierta manera se procura ser lo más incluyente posible, característica ejemplificada con la inclusión de propuestas como Ibeyi o Carla Morrison.

El público (un poco más al detalle)

En este punto quiero tratar varios temas: la «vibra» del público y el famoso fenómeno de los «outfits»: ropa específica y «de moda» con la que muchos asistentes van al festival y una de las cosas por la que se ha hecho mundialmente famoso.

Como todo festival es imposible que todo sea 100% perfecto y un factor significativo es su público, pues aquí no fuimos ajenos al que quería meterse como fuera por entre la multitud para poder llegar lo más cerca al escenario, al igual que tampoco faltó el «groupie» diciendo una que otra barrabasada o moviendose de tal manera que irrespetaba el espacio del otro e incluso el drogado/borracho que algún escándalo armó. Pero en términos generales la gente tiene una vibra bonita, feliz, amable, son sociables y te hablan preguntándote cualquier cosa: «¿qué te pareció X artista?», «¿de dónde vienes?», «¡Es genial!». Son cosas que se agradecen y que hacen parte de la experiencia, siendo los mismos asistentes los que lo hacen sentir a uno (en muchos casos) parte de un colectivo en donde hay personas que le juraron amor eterno al festival yendo año tras año.

Cuando uno entra al venue inmediatamente se ven las chicas en su «look californiano»: predominio del color blanco en las blusas, shorts (muuuy shorts) de jean, botas cortas estilo «vaquero», escotes en todo el sentido de la palabra y coronas de flores. Uno sabe inmediatamente que ellas van es a presumir, de cierta manera su atuendo, cosa que es algo irrisoria sabiendo que estás en una multitud de 100.000 personas en dónde apenas 10 te conocen (a no ser que seas una personalidad o una estrella de hollywood, gente que se ve sobre todo en el primer fin de semana del festival). Para mi, personalmente es un aspecto con el que conviví y descarté como motivo de crítica o preocupación ya que de una u otra manera hace parte del festival y pues si esas personas creen que van a ser importantes por estar en la competencia de quién tiene el outfit más «Coachella-style» pues bien por ellas, pero eso no implica que el festival esta 100% condicionado a ese aspecto o que el único objetivo del mismo es ir a lucir la pinta y no a disfrutar el evento.

La logística, por otra parte es impecable: es increíble cómo, a pesar que hay algunas demoras logran sortear tan bien todo para atender 100.000 personas: los shuttles (rutas de buses), los puestos de comida, los ID checks (para poder comprar licor), los baños (¡algunos inclusive tenían lavamanos con jabón!), la verificación de la manilla, los controles de seguridad (algo laxos en el caso del ingreso general. Un poco más fuertes para aquellos que acampaban) y el resto de cosas que hacían parte del festival. Para llegar a ese nivel de organización se necesitan años de trabajo y Coachella si que lo ha hecho bien.

Conclusiones

2016 Lineup

Siendo este mi primer festival internacional creo que el venue de Coachella es absolutamente inigualable, cosa que en verdad hace que uno se sienta en un lugar muy especial (porque es realmente un lugar único). Sumado a la calidad de los actos y a la bonita gente que uno conoce, con sus pros y sus contras es una experiencia que vale la pena vivir. Si usted, señor lector tiene la oportunidad alguna vez de asistir hágalo sin pensarlo dos veces, sin preocuparse de nada, sin importar las críticas que el festival tenga: usted va a ir a vivir ese lugar, así que no deje que otros le cuenten la experiencia o critiquen el evento sin siquiera haber ido. Es especial la sensación de ese lugar y es increíble cómo en verdad uno siente que durante tres días no hay otra civilización en la tierra salvo los Polo Fields con su música, comida, gente, instalaciones de arte, clima y paisajes hermosos: es lo que usted va a ver allá, pero llevado a otro nivel.