Por: Juan Nassiff Follow @JuanNassiff
Wade Wilson (Ryan Reynolds) es un implacable mercenario con un corazón tan grande como su boca y un sentido del humor inagotable. La vida de Wilson es simple: le das un trabajo, él lo cumple, va al bar a gastar sus ganancias y repite eso muchas veces. Todo esto es así hasta que conoce a Vanessa (Morena Baccarin). Entonces la formula cambia: le das un trabajo, tiene sexo salvaje con Vanessa, él cumple el trabajo, tiene sexo salvaje con Vanessa, va al bar a gastar sus ganancias y tiene sexo salvaje con Vanessa.
Así es la vida de Wilson. Todo es color de rosa hasta la llegada de “El Cáncer”. Con la esperanza de salvar su vida y mantener la felicidad de Vanessa, Wilson aceptará formar parte de un experimento de una organización clandestina que promete salvar su vida, sin saber que esto le traerá consecuencias que cambiarán su vida por completo (incluso la parte del sexo salvaje). Wilson, ahora deforme, enfadado, con nuevas habilidades, un traje rojo y bajo el nombre de Capitán Deadpool emprende una venganza contra los hombres que le arrebataron su vida y Vanessa, razón por la cual ahora ¡se masturba! Cosa triste, tomando en cuenta que Vanessa está más buena…
En una época donde las películas de comics abundan en el mercado y se podría decir que tenemos cuatro de ellas al año (que ya parecen incluso calcadas unas de las otras), sumado a la competencia que crearon los fans entre DC y Marvel, llega una película que no le importa con un personaje que le importa menos. Así es Deadpool (2016) del director Tim Miller, que se sale de los convencionalismos en las películas de historietas que llevamos viendo hace diez años para traernos una película fresca que desde sus títulos de apertura nos está diciendo que no debemos tomárnosla muy en serio.
Desde su campaña de mercadeo la película aprovecho lo bufón de la personalidad de Deadpool y de la fama de su protagonista en comedias románticas para hacer una publicidad muy diferente a otras que se han visto. La fecha de estreno de la película coincidía con la celebración del Día de San Valentín en los Estados Unidos, lanzaron posters que la hacían ver como una película romántica ideal para estas fechas, así como otros más donde se veía a Deadpool garabateando los afiches de otras películas. Cabe decir que la primera imagen oficial del personaje era un homenaje a Burt Reynolds y la primera vez que posó desnudo para una revista.
El personaje de Deadpool goza de mucha popularidad en el mundo de los comics no solo por su sentido del humor, sino porque es un personaje que está consciente que es producto de la ficción y que forma parte de una historieta. Esto le da licencia para meterse en historias que no le corresponden y de hacer referencias a eventos del mundo real que son ajenos al mundo de los comics. Tal vez su rasgo más característico aparte de sus sables es que rompe ocasionalmente la cuarta pared (la pared imaginaria que existe entre el actor y el espectador), razón por la cual en una de sus series Deadpool decide matar a todos los personajes del universo Marvel y a sus creadores (olvidé mencionarlo: es un personaje brutal en sus métodos).
Esta película no es una adaptación de las historietas como tal, sino más bien una adaptación del personaje. Estamos frente a una de las pocas películas que le hacen justicia a su material de origen y a la vez frente a una de las pocas películas en el mercado con violencia explícita, algo que es tabú para las grandes películas de comics. De las pocas incursiones recordadas en ese campo podríamos destacar a Kingsman: The Secret Service (2014), Kick-Ass (2010), Watchmen (2009), V for Vendetta (2005) y Blade (1998).
Claro que Deadpool no solo es violencia, también tenemos algo de nudismo y al igual que en la historieta, Deadpool y algunos personajes rompen la cuarta pared como parte de la historia. Los guionistas nos recuerdan que estamos viendo una película y no temen tratarla como tal, siendo una propuesta nueva al género que nos invita a divertimos con estas cintas y no a verlas como piezas intelectuales o como un festín de actores de renombre. Es una historia propia que no tiene que estar necesariamente ligada a un universo más grande. Si bien es cierto que la película hace referencia a los X-Men y tenemos un par de personajes de la Patrulla X (las traducciones de la península ibérica son un asco) dentro de su reparto, este no deja de ser el universo de Deadpool. Y sigue siendo de Deadpool hasta que los derechos vuelvan a Marvel. Cuando eso ocurra, ya veremos qué pasa con el personaje.
Así que tenemos violencia, nudismo, groserías, grandes dosis de humor y un personaje que le habla al público. Se podría decir que estamos frente a una película perfecta, pero la realidad es que pese a tener buenos elementos la película no deja de sufrir de los mismos males que otras películas de su género, como el exceso de personajes, villanos que a la larga no son un reto para el protagonista y una que otra subtrama que se incluye para darle más tiempo a la cinta. A pesar de esos peros, es una película que vale la pena ver y que es un descanso de todas esas otras historias basadas en comics, gracias a lo diferente que es de todas esas otras.
PROS:
- Ryan Reynolds.
- El humor.
- La Violencia.
- El ritmo de la historia.
- La música. (Presten atención a “Deadpool Rap”)
- Negasonic Teenage Warhead (Brianna Hildebrand)
- Las referencias culturales que hace Deadpool.
CONTRAS:
- Colossus no es muy interesante.
- El tratamiento de los flashbacks aburre por momentos.
- Algunos diálogos ya parecen ser algo excesivos, pese a que el personaje es conocido por no quedarse callado mientras este despierto, por momentos ya es demasiado y no aportan.
- El personaje de Al sobra realmente.
- Ajax como villano no representa un verdadero reto para Deadpool, lo cual es triste porque Ed Skerin es buen actor.
- Gina Carano parece un hombre.
- Pese a tener buenas escenas de acción, hace falta ese sentimiento de brutalidad en la violencia.
