El último hijo de Yugoslavia: lo que hay que saber de Emir Kusturica

Por: Andrea Jiménez

Si hay algo que se pueda decir de Emir Kusturica es que es un artista en su totalidad. Músico, escritor, director de cine y un tanto activista que  a sus casi 60 años, ha logrado dar a conocer la cara más amable de una nación tan ecléctica, que su misma diversidad la llevó a su fin.

A continuación, les presentamos tres facetas que hay que conocer de tan original personaje como Kusturica: el artista polifacético, el descendiente de una cultura extinta, el último hijo de Yugoslavia.

Su vida

emir-1

Su vida personal, aunque llena de satisfacciones, no fue fácil de llevar. El hecho de haber nacido en un país que, por conflictos políticos, ya no existe; no solo marcó su estilo de vida, sino que forjó en él la esencia gitana que lo ha caracterizado.

A Kusturica le tocó vivir uno de los momentos más difíciles de la historia de esta región. Después de la Segunda Guerra Mundial, Yugoslavia luchaba por convertirse en potencia, e iba por buen camino. Su ubicación, la convertía en un embudo cultural, donde se concentraban varias regiones balcánicas y donde actuaba como puente entre Oriente y Occidente, haciendo de este país el punto de interés de Europa. En ese momento tenían una economía próspera, pero inestable; así como disminuyó rápidamente la pobreza, aumentó drásticamente su deuda externa; lo anterior, sumado a varios conflictos étnicos y religiosos, llevó al colapso de la nación y a su disolución.

En esos tiempos de guerras y dificultades, él se empieza a dedicar a lo que se convertirían en grandes aficiones: el fútbol y la música. Aunque le iba bien como futbolista, la falta de oportunidades hizo que se fuera a estudiar a Praga; lo que le generó una gran nostalgia hacia su tierra que estaba en proceso de desaparición (pasando a ser lo que hoy se conoce como Bosnia). Este sentimiento de patriotismo y de desarraigo obligado, lo cargó durante toda su vida y se convirtió en el motor de sus ideas y su arte.

El cine

emir-2 (1)

Casi sin proponérselo, este señor se volvió cineasta. Tras alejarse de su natal Sarajevo, al comienzo de sus estudios no tenía gran interés por el cine, pero en el camino, le fue tomando amor al séptimo arte, encontrando en este la forma de expresar esa melancolía que carga hacia su tierra perdida; entonces, se dió a la tarea de retratar en sus películas, el espíritu balcánico y la cultura ecléctica que tanto recuerda y que hoy en día está fragmentada.

Y es que gracias a su visión de cineasta, ha logrado no sólo hacerse acreedor de dos ‘Palmas de Oro’ (el premio que se otorga en el Festival de Cine de Cannes), sino que pudo llevar a cabo el sueño de su vida y la razón de sus obsesiones: logró recuperar su tan anhelada tierra e incluso más. Debido a la grabación de su película ‘La vida es un Milagro’, que se lleva a cabo en una aldea serbia en medio de la nada, decidió construir el set para el filme, retomando la antigua arquitectura que recuerda de su infancia en Sarajevo. Fue tan bueno el trabajo que realizó, que este lugar se convirtió en ‘Drvengrad’  una pequeña ciudad, fundada por él mismo, al sur de Belgrade. Aquí, Kusturica no solo tiene su residencia, sino que funda también el festival de cine ‘Küstendorf ‘, dedicado a apoyar a los cineastas serbios independientes.

Las  recomendadas:

  • Si le obsesionan las historias de conflicto y las sátiras de guerra Érase una vez un país‘ de 1995 es para usted. Esta película retrata, con humor negro, el desarrollo y disolución de Yugoslavia después de la Segunda Guerra Mundial.
  • Si le gusta la comedia romántica poco convencional, la suya es ‘Gato negro, gato blanco‘ de 1998, una cinta que narra un amor gitano en medio del contrabando de drogas.
  • Si le atraen los filmes dramáticos de principio a fin, ‘La vida es un milagro‘ de 2004, no sólo lo pondrá a reflexionar, sino que le mostrará como la guerra lo cambia todo.
  • Si lo suyo es el fútbol, hay que ver ‘Maradona by Kusturica’ de 2008un documental que nos muestra la visión de este serbio hacia la vida actual del jugador argentino.

Su música

emir-3

 

Mientras jugaba fútbol, aprendía también a tocar la guitarra; todo esto, como distracción a la dura infancia que le tocó vivir. Tiempo después y luego de haber trabajado en varios cortos, en la década de los 80 entró a tocar el bajo en una banda que hoy se conoce como ‘Emir Kusturica & The no smoking orchestra’. Sus canciones tienen letras melancólicas que contradictoriamente, están acompañadas de alegres melodías gitanas, que invitan al frenetismo y a dejarse llevar por la pasión.

La recomendada: Unza Unza Time

  • Si quiere conocer todas las facetas de Kusturica en 5 minutos, este video es la opción. Nos muestra su gusto musical, su estética como cineasta y nos cuenta con ironía, la historia de su amada cultura serbia.

Finalmente, ¿Por qué hay que ver a Emir Kusturica?

Si todos los datos anteriores no le han despertado la curiosidad por conocer más de este personaje, aquí le dejamos tres razones más para no perdérselo:

  1. Porque su estética bizarra le abrirá la mente a nuevas formas de ver el mundo
  2. Porque su música suena tan ecléctica que le hará conocer sonidos que jamás imaginó escuchar juntos.
  3. Porque en manos de Kusturica tal vez está, rescatar y perpetuar lo poco que queda de la antigua cultura serbia.
  4. Porque independientemente de su gusto musical o de su forma de hacer cine, es de admirar como este señor ha logrado todo lo que se ha propuesto, desde la independencia y el apoyo al arte.

Emir-4