Hermosas tardes sonoras – Día 3

Por: Juan Pablo Sandoval  

Todas las cosas buenas eventualmente llegan a su final. Sin embargo, hay finales buenos y malos, y después de estos hay finales que nos hacen vibrar, emocionarnos, levantar la mano derecha al aire y jurar que cumpliremos nuestros sueños, mirar con desgano las estrellas desde una terraza para detener el tiempo y ahogarnos en recuerdos palpitantes al ritmo de la música. Este fue el final que nos entregó el Festival Hermoso Ruido, un circuito sonoro que nos recordó que no debemos mirar en la música la parte técnica porque no somos músicos, o sobre analizar el show porque no somos críticos, solo debemos entregarnos a sentir porque somos humanos.

Prehistóricos. Foto: Juan Pablo Sandoval

Este no fue un sábado como cualquier otro, ya que después de una semana donde el sol no se asomó más de media hora en total de lunes a viernes y las amenazas de lluvias fueron una constante, la plazoleta de la 85, el primer escenario en aquel 30 de agosto que nos prometía 4 presentaciones de ensueño, se encontraba irradiada por un sol que no tenía nada que envidiarle a ningún festival de verano en Europa. La tarea de arrancar la tarde fue para el proyecto chileno Prehistöricos, compuestos por Tomas Preuss y Jessica Romo, quienes se tomaron la tarima acompañados de su ya constante banda integrada por Mauricio Troval, Rodrigo Muñoz y Samy Mujica, para llenar la tarde con un dulce e inocente Indie Pop entretejido con hermosas tonalidades Folk, mezclas que cada vez nos ponen a pensar como están alimentando a los adolescente en Chile, para que cada banda que escuchamos proveniente del país austral tenga esa capacidad para incrustarse en nuestras mentes y corazones, como anclas en el fondo de un arrecife de coral. Una presentación cargada de rayos de sol que iluminaron de manera pintoresca a Jessica en su pequeño sintetizador, transformándola en un hada de ensueño, cuando dejaron de lado sus instrumentos y solo acompañados de una guitarra acústica y un pequeño acordeón plasmaran en el sol capitalino colores pasteles para alegrar a todos los que tuvimos la oportunidad de hacer parte de ese lienzo.

Alfonso Espriella. Foto: Juan Pablo Sandoval

Luego de terminar la presentación y ver como los organizadores del evento regalaron discos de los artistas invitados a sus próximos conciertos al igual que una que otra boleta, el rockero espacial colombiano Alfonso Espriella, entre algunos tropiezos con el sonido, se encargó de darnos alas siderales para viajar por el universo viendo marcianos, persiguiendo ángeles y escapando de peligrosas viudas negras para invitarnos a despegar nuestros pies del suelo y recorrer galaxias y multiversos, terminando una presentación impecable que logro capturar a más de un transeúnte que se desplazaba a pie o en bicicleta a detenerse por ese curioso lugar y descansar el cuerpo y la mente, sin saber que lo que venía a continuación era algo para lo que nadie estaba preparado en esta tarde, un show sorpresa donde Los Petit Fellas se subían al escenario y demostraron porque son la banda con más carisma de toda la escena emergente colombiana, junto con una propuesta tan única, distinguida, sincera y emotiva que pueden, y tienen lo necesario para convertirse en futuros Headliners de festivales por todo el mundo.

Los Petit Fellas. Foto: Juan Pablo Sandoval

Nicolás “Nicolai Fella” Barragán, Sebastián Panesso, Cesar Henao, Adrián Hidalgo, Nane y Jairo Rodríguez se comprometieron a entregar una presentación que en conjunto con un surreal atardecer bogotano, quedara plasmada en la memoria musical de nuestra ciudad como una de las mejores del Festival Hermoso Ruido, donde la energía e interacción de Nicolai con su público, el virtuosismo en el Saxofon de Adrian, y la fusión de sonidos tan variados como el Rap, Hip-Hop, Jazz, Swing, Soul, Rock y todo lo que el espectro musical pueda engendrar, es ejecutado de manera excelsa por esta banda, quienes con humor, enfrentamientos musicales, y sobretodo un discurso sincero, donde mientras la luna se apoderaba del ambiente y sonaba el Club de La Resistencia, todos levantamos nuestra mano derecho y con ahínco, fuerza y lágrimas gritábamos al universo “YO JURO” que nunca permitiremos que nadie se interponga entre nuestros sueños. Esto es saber hacer música y llegar al alma y corazón del oyente; esto es la verdadera esencia del Hermoso Ruido. Lo mejor, era que la noche estaba hasta ahora empezando.

Los Petit Fellas. Foto: Juan Pablo Sandoval

Con el alma y el corazón lleno de emoción, nos trasladamos hasta la terraza de Armando Records para perdernos en olas de Chillwave, Dream-Pop y Glo-Fi con el trio puerto riqueño/colombiano Balancer quienes sorprendieron con una presentación llena de matices tropicales,  teletransportándonos a arenas baleáricas y atardeceres de ensueño. Durante su set, se sentía una armonía entre sus integrantes que pocas veces se ve en una banda tan joven, demostrando una sinergia entre las melodías otorgándole el suave fluir a su música, diseñada para calmar cualquier corazón y servir como banda sonora perfecta para cualquier noche romántica o de rumba intima. Esta calma irradiada nos permitió recuperar energías y darnos un descanso mientras a las 10:30 pm llegaba uno de los actos más esperados del festival.

Balancer. Foto: Juan Pablo Sandoval

Con una salida espontánea y explosiva, La Vida Bohéme, una banda que con un Grammy Latino bajo el brazo y un set que no nos dio espera o descanso a nuestras piernas, pulmones y corazones, nos convenció que no hay qué preocuparse si LCD Soundsystem  no vuelve nunca a grabar o si Death From Above 1979 quiere tomarse otros 10 o 20 años para lanzar nuevo material, acá al lado tenemos 4 venezolanos que son capaces de cargar por lo alto y con méritos al desempeño la bandera de este género que se ha convertido en  la razón de ser de una generación que busca catarsis en el arte y en el baile que explota por los auriculares de un Radio Capital que hizo aún más hermoso y ruidoso a este festival con su primera presentación en nuestro país. A solo 3 días de haber pasado, es necesario que vuelvan y vuelvan, y nunca dejen de sonar.

«Un circuito sonoro que nos recordó que no debemos mirar en la música la parte técnica porque no somos músicos, o sobre analizar el show porque no somos críticos, solo debemos entregarnos a sentir, porque somos humanos.»

La vida Boheme. Foto: Juan Pablo Sandoval

Nos acercábamos al final de la noche y las decisiones eran cada vez más difíciles de tomar. Teníamos la opción de asistir en un radio de menos de 500 mt a 6 escenarios diferentes que albergarían a más de 15 artistas diferentes, algo nunca antes visto en nuestro país. Así que nos encontramos con Numasbala, un proyecto del “mundo” así como se definen ellos, que con una orquesta en escena deslumbraron a los asistentes con su mezcla de cumbia, tropical, Ska y Reagge y nos ponían a mover tímidamente el cuerpo por entre las mesas. Pero era hora de continuar, dirigiéndonos hacia La Ventana intrigados por 3 dígitos misteriosos 424 que nos hundirían más en la noche y para nuestra sorpresa, no nos volverían a dejar salir. Procedentes desde Costa Rica, desde la entrada del lugar se oía una mezcla de Grunge, Rock y Progresivo que pareciera inflamar todo lo que tocara con una mezcla de gasolina y alcohol producida por 2 “ticos” postrados en el suelo con sus guitarras y pedales reminiscentes a aquella imagen del Festival de Monterrey de 1969 cuando Jimmy Hendrix prendió fuego a su guitarra mientras pareciera dirigir una ceremonia voodoo para extraer todos los demonios del instrumento. De esta misma manera Felipe Perez y Guayo Mena, exorcizaban todos los demonios de sus guitarras mientras Juan Pardo y  Leonardo Valverde los dirigían con su base rítmica de batería/bajo a poseer a todos aquellos nosotros para no dejarnos escapar de semejante ceremonia religiosa de Rock n Roll.

424. Foto: Juan Pablo Sandoval

Completamente hipnotizados, no pudimos dejar el recinto hasta no ver a la banda cerrar con Cinco Cuartos y desaparecer en la penumbra de la noche, dejándonos completa incapacitados para terminar de ver otras bandas del festival y perdernos actos tan importantes como Estados Alterado, The Swiss, Las Pirañas o Centavrvs entre otros. Sin embargo, fueron 3 días que valieron cada segundo, cada caminar o taxi entre locaciones, cada mirada perdida, cada canción, cada trago, cada sensación y en algunas cada lagrima y grito de furor,  porque al despertar cada mañana siguiente, solo estaba en nuestra visión la ilusión de volver a buscar esa tonada que la noche anterior clavo en nuestra memoria recuerdos de un festival lleno de hermosas vibraciones sonoras que retumbaron en todo un continente que inhala y exhala música nueva, lista para ser descubierta por cada uno de ustedes y así despertar su imaginación para continuar llenando nuestros días de Hermoso Ruido.

Así vivimos Hermoso Ruido Día 1 y Día 2 

Galería de fotos

Numasbala. Foto: Juan pablo Sandoval

 

Prehistóricos. Foto: Juan Pablo Sandoval

Prehistóricos. Foto: Juan Pablo Sandoval

Alfonso Espriella. Foto: Juan Pablo Sandoval

La vida Boheme. Foto: Juan Pablo Sandoval

La vida Boheme. Foto: Juan Pablo Sandoval

Balancer. Foto: Juan Pablo Sandoval

Los Petit Fellas. Foto: Juan Pablo Sandoval

Los Petit Fellas. Foto: Juan Pablo Sandoval

Los Petit Fellas. Foto: Juan Pablo Sandoval

Los Petit Fellas. Foto: Juan Pablo Sandoval

424. Foto: Juan Pablo Sandoval