Incubus: la camaleónica definición de un estilo

Por: Mauro Gutiérrez @ErranteSonoro

Incubus, la banda liderada por Brandon Boyd, llegará de nuevo a Bogotá para ofrecer un concierto en Corferias, junto a la banda de reggae, Soja. Esa primera vez que pisaron territorio colombiano presentaba su álbum ‘A Crow Left Of The Murder’ que para muchos –me incluyo- es el mejor disco en la historia musical de esta banda estadounidense; un sonido más compacto, maduro y unas letras con profundo sentimiento que avalan esa percepción por parte del público y la crítica especializada. Ahora bien, analicemos un poco cómo ha sido evolución.

El primer disco de la banda es el psicodélico ‘Fungus Amongus’ de 1995, donde Incubus se mostraba como una banda rebelde y con un sonido ácido que haría pensar a cualquier persona que se trata de otra banda, pero no, sí, es Incubus aunque no lo parezca. Pero ese frenesí psicodélico no se detiene: en 1997 sale a la luz el S.C.I.E.N.C.E. que con un trabajo instrumental más pulcro hace ver menos ácido a la banda, al menos en términos rítmicos, porque líricamente aún mantiene esa picardía.

Luego de esos dos paraísos musicales extravagantes, es cuando llega el punto de inflexión con el ‘Make Yourself’ en 1999. Sin duda, el álbum que contiene la canción con la que muchos tuvieron su primer contacto con Incubus: Drive. Sin embargo, este disco ya posee unas concepciones más experimentales y se nota que la acidez desaparece: un efecto efervescente en la manera de recordar la música de la banda californiana. Hay que admitirlo: es un lindo álbum; fresco y sosegado.

Manteniendo esa cohesión con el sosiego, llegaría el ‘Morning View’ que con un sonido más maduro y compacto, con algunas líricas más nostálgicas y ritmos más melódicos, se incrustaría en la mente de los melómanos con canciones como Nice to Know You, Warning, Wish You Were Here, entre otras. Ese disco fue la afirmación de una evolución.

Cuando todo parecía indicar que Incubus había llegado a su punto más alto, fue que concibieron el disco mencionado a principio de este escrito. Y es que ‘A Crow Left Of The Murder’ es la sinergia de los cuatro discos anteriores: hay psicodelia, pero fina; hay un gran uso instrumental, pero no excesivo; hay líricas honestas, pero no criticonas. Temas como ‘Megalomaniac’ que es una crítica directa al entonces Gobierno de Bush. ‘Southern Girl’ que maneja una temática de drama, pero con un cálido acompañamiento rítmico. No hay dudas: es el mejor álbum. Lejos.

Por último, llegarían los álbumes de ‘Light Grenades’ y el ‘If Not Now, When’, que son discos con un sonido un poco más vanguardista, suena más pop y alejado rotundamente de la psicodelia: la inevitable madurez que a todos nos llega. No son discos malos, pero sí son discos menos fascinantes que los anteriores y muchos menos experimentales. Para entender mejor esto, póngalo en términos de calzado: cuando somos jóvenes, nos gustan las zapatillas; pero a medidas que vamos creciendo, preferimos los zapatos formales, más sencillos y menos pretensiosos. Esos discos son un par de mocasines.

Así se formó el sonido de Incubus: jugando y transformándose con el pasar del tiempo. Como aquellos jovencitos que fueron en 2005 a verlos con camisetas y zapatillas de colores y que irán este 3 de diciembre, seguramente en zapatos y con la camisa por dentro del pantalón.