Los 16 álbumes del 2016

Por: Daniel Ospina Follow @themockman

Para un año tan marcado por la muerte de tantos grandes de la música, 2016 fue un periodo donde los grupos nuevos fueron importantes para demostrar que todavía hay cosas por hacer y canciones por componer. Sin embargo, mucho de su impacto se vio reducido precisamente por estos fallecimientos, que obligaron a un importante sector de la industria y la prensa musical a refugiarse ahora más que nunca en el pop y el revisionismo histórico. Por eso la lista incluye varios álbumes que no se escucharon mucho, pero igualmente dan buenas señales. Al menos para las bandas que los lanzaron. Aun así, los artistas ya consolidados en la memoria colectiva son los que ocupan los primeros lugares.

A continuación, los trabajos que definieron el 2016.

16. Blossoms – Blossoms

Blossoms - Blossoms

De vez en cuando aparecen este tipo de bandas que destacan por un sonido al que se le pueden encontrar muchas referencias, pero a la vez un estilo muy distintivo. El debut de Blossoms es uno de esos casos. Pegadizo, mezcla de espíritu retro con una actitud más fashion de lo que parece, estos ingleses firmados por Heavenly Recordings se han mostrado como una curiosa y arrolladora realidad en este 2016. La clave está en que son muy elementales en sus melodías pero sin caer en lo facilista, así como en la habilidad de su teclista Myles Kellock para imprimir su sello en cada uno de los temas del grupo. Hay canciones disfrutables como «Charlemagne», con aire retro pero sin abusar de él como en “At Most A Kiss” o “Texia”, así como ratos donde hacen volar nuestras mentes como en “Deep Grass”. Por donde se le mire, sigue la tradición británica de lo que suelen definir como “obra maestra”.

15. White Lung – Paradise

White Lung - Paradise

Desde que arranca con “Dead Weight” hasta que termina con “Paradise”, cada tema deja claro que este es sin duda el mejor trabajo de White Lung hasta la fecha. Tiene inventiva, mira hacia adelante sin romper con su pasado, y transmite emociones muy poderosas en cada canción. Como de costumbre en la agrupación canadiense, se impone la voz de Mish Way con esa mezcla de espíritu indie y dramatismo de adolescente milenial. En ‘Paradise’ se han convertido en algo similar a lo que supo ser Paramore en sus mejores días, solo que en vez de escuchar a Green Day son más de ponerle cuidado a Hole o Elastica. Si he de ser sincero, puede que se necesitara escuchar algo así en la actualidad. Gente que tenga cierta capacidad para el drama y lo pueda cristalizar en tiempos que no son muy amables a través de canciones como “Hungry”, “Narcoleptic” o “Kiss Me When I Bleed”.

14. Merchandise – A Corpse Wired For Sound

Merchandise - A Corpse Wired For The Sound

Su álbum anterior, ‘After The End’ supo ser inspirador en cada canción, pero con ‘A Corpse Wired For The Sound’ Merchandise cambia totalmente la dinámica. Aunque no planean reinventar la rueda (ni les importa) la banda liderada por Carson Cox toma como referencia el sonido de grupos como The Mission o Bauhaus (de hecho la voz de Cox recuerda mucho a la de Peter Murphy). Se apropia con respeto de esas influencias y las lleva a su propio terreno manteniendo su sonoridad aplastante y dejando ver una lógica progresión con respecto a trabajos anteriores. Con este álbum se unen oficialmente a la corte del post punk, al lado de Savages, Marching Church o Algiers. Y con escuchar “Flower Of Sex” o “Silence” resulta suficiente para justificar ese cambio de enfoque.

13. DMA’s – Hills End

DMA's - Hills End

DMA’s es un trío de Sydney, Australia. Cuesta creerlo porque su sonido es la cosa más british que se les pueda ocurrir. Los conocí viendo el streaming del festival de Coachella este año. Podríamos decir que se sitúan en un punto convergente entre R.E.M., The Smiths, The La’s, The Replacements, y la versión más melódica de The Stone Roses. Ese show fue convincente, pero fue escuchando su debut ‘Hills End’ cuando caí rendido ante la evidencia de que ellos tienen ese «algo» que hace difícil para uno dejar de escucharlos. Sabor indie pop-rock, melodías pulidas con mucha paciencia, y una convicción fuerte sobre la necesidad de buscar inspiración en las raíces del britpop. Su meta en canciones como “Play It Out”, “Too Soon”, “Delete” (por mencionar solo algunas) es revivir los años noventa, capturando la esencia de los pioneros que encontraron allí una nueva forma de hacer rock. A pesar de eso, han demostrado ser buenos compositores incluso en medio de su revivalismo. Ahora mismo están cumpliendo con el primer paso que es armar canciones que motiven a la gente a cantarlas. El siguiente paso, el del «sonido DMA’s», todavía tendrá que esperar un poco más. Pero por lo que son hoy, dan muchos motivos para seguirles la pista.

12. DJ Shadow – The Mountain Will Fall

DJ Shadow - The Mountain Will Fall

En tiempos donde la parada del hip hop más experimental es liderada por Death Grips, Run The Jewels y gente por el estilo, Shadow no se inmuta en lo más mínimo. Simplemente como que se arremanga, escupe sus manos y dice «enseñemos a estos novatos como se hace», para acto seguido comenzar a darle al tornamesa, los samplers y, todo sea dicho, las colaboraciones. El resultado, ‘The Mountain Will Fall’ es un trabajo versátil que oscila entre electrónica, hip hop vieja escuela y algo del acostumbrado trip hop del norteamericano. Tan luminoso como opresivo, parece otro punto alto en su trayectoria, pero no lo es. De hecho es mucho más. Realmente ha superado esa autocomplacencia que le han achacado a lo largo de su carrera post-Entroducing para entregarnos un álbum fuera de serie. Y para rematar, nos deja una de las mejores canciones del año en «Nobody Speak», justamente con Run The Jewels como invitados de lujo.

11. Catfish And The Bottlemen – The Ride

Catfish And The Bottlemen - The Ride

‘The Ride’ es una buena continuación de un gran debut, y un trabajo que hace justicia a la trayectoria inicial de un grupo como Catfish And The Bottlemen al que no parece afectarle la presión de seguir los pasos de grupos que han explorado antes esa receta de indie rock/britpop como The Cribs, The Enemy, Razorlight o Mando Diao. Es un álbum suficientemente variado, muy consistente y lleno de vida. Habrá que estar bien atentos a lo que hagan en el futuro, pues cuesta creer que sea inferior a lo mostrado hasta la fecha. Seguramente canciones como “7”, “Soundcheck”, “Emily” o “Glasgow” vamos a pedirlas a grito herido cuando los veamos en el Festival Estereo Picnic.

10. Slaves – Take Control

Slaves - Take Control

Desde su fundación en 2012, Slaves ha escalado posiciones de popularidad a una velocidad demencial gracias a un estilo directo y cargado de adrenalina con el cual Laurie Vincent e Isaac Holman han demostrado una facilidad insultante para armar canciones donde prima el elemento más básico pero que siempre pueden orientarse hacia un estilo diferente. Son 16 pistas en las que encontramos momentos rápidos tipo «Spit It Out» o «Take Control», otras como «Rich Man» o «Lies» tiran más del riff., slgunas son más lentas como «Play Dead» o «Angelica», o temas bien extraños como «Steer Clear», la industrial «STD’s/PHD’s», o el hip hop con guitarras de «Consume Or Be Consumed», donde colabora Mike D de los Beastie Boys. Con su segundo álbum confirman que son un grupo al que se le debe prestar mucha atención.

9. The Veils – Total Depravity

The Veils - Total Depravity

Álbum bastante ignorado por muchos, pero una joya invaluable para aquellos que se internaron en el quinto trabajo de la banda liderada por Finn Andrews. Supongamos que Kula Shaker, Nick Cave, Pulp y The Pop Group hicieran una orgía. Bueno, el resultado sería algo como ‘Total Depravity’. Hay un poco de todo. Luz, oscuridad, sueños, pesadillas, amor, odio… siempre sostenido por letras donde la meloseria puede ser muy traicionera. Y claro, por una producción que dotó a las canciones de la variedad necesaria para no caer en la monotonía, así como la suficiente para no perder el norte.

8. Yak – Alas Salvation

Yak - Alas Salvation

2016 fue un año donde las guitarras mandaron la parada, y por lo menos la mitad del mérito se le debe a Yak, banda británica que dejó una carta de presentación estupenda con su debut ‘Alas Salvation’. lleno de r unos auténticos desquiciados y en ese sentido se comportan a la altura. Incitan ese fuego primitivo de aquel que cree haberlo escuchado todo en el rock, dejando para el recuerdo temas como “Victorious (The National Anthem)”, “Harbour The Feeling” o “Use Somebody”. No creo que llegue a un status de legendario (o al menos no ha llegado todavía), pero me gusta pensar que una muy buena historia se está escribiendo a partir de ahora con ese trío.

7. DIIV – Is The Is Are

DIIV - Is The Is Are

‘Is The Is Are’ fue el disco que me devolvió al juego luego de esa especie de vacío que me produjo la muerte de David Bowie. De hecho, el 2016 realmente comenzó para mí escuchando esas 17 canciones en una especie de terapia que supo darme ánimos con respecto al futuro. Las guitarras parecen de cristal, el bajo alterna momentos de liderazgo con otros donde asume un rol secundario, la voz de Zachary Cole Smith se impone con una especie de pasión fría en el ambiente mientras que las letras nos conducen por un umbral fuera de esta realidad donde encontramos personajes misteriosos, que bien pueden buscar la iluminación o encontrarse a sí mismos luego de pasar una vida llena de sinsabores. La música parece pensada para reflejar todo eso. Felicidad, reflexión, conflictos emocionales, depresión, romance. Uno escucha las canciones mientras mira la portada del disco y parece que todos esos dibujos cobraran vida a su manera con cada tema que pasa. Hasta cierto punto es un álbum shoegaze, hasta cierto punto es dream pop, hasta cierto punto es post punk. Por esas fronteras no del todo definidas es que me gusta tanto el álbum: porque permite entenderlo desde distintas perspectivas musicales y no agota al oyente a pesar de su extensión.

6. Moderat – III

Moderat - III

Luego de llevar a nuevos límites y posibilidades el techno con su debut homónimo y poner el freno de mano con su álbum ‘II’, en abril de este año Moderat decide terminar la trilogía (de momento) con ‘III’, lanzado en Monkeytown (la disquera de los Modeselektor Gernot Bronsert y Sebastian Szary), siendo un trabajo donde prima más lo vocal que en el pasado. Nueve canciones en las cuales Sascha Ring se luce como vocalista, dándoles un acabado más orgánico que de costumbre. Es un trabajo decididamente oscuro y con atmósferas bien densas, pero también más adulto y con una experiencia acumulada que se nota fácilmente. En cierta forma redescubrieron una fascinación con la música pop, la pasaron por su filtro de ruidos raros e instintos techno y el resultado es el que llevamos escuchando todo el año.

5. Swans – The Glowing Man

Swans - The Glowing Man

Algo que siempre apasiona cuando se habla de Swans son los adjetivos que inspira cada vez que se debe reseñar un disco de ellos. Siempre hay alguna excusa para reafirmar la figura de Michael Gira. Ese ser de luz (y oscuridad) intocable, invencible, el auténtico superhombre de Nietzche llevado al plano musical, creando sus propias reglas, ajenas a las del resto. En ‘The Glowing Man’ todo tiene tono de despedida. Musicalmente no es tan arrebatado como su antecesor, ‘To Be Kind’. Es más reflexivo, oscuro sin ser profano, con más mantras que nunca pero con el mismo desafío auditivo para los nuevos y viejos oyentes. Agregados como los dulcimer que protagonizan la mayor parte del álbum, el chelo de “Cloud Of Unknowing” o la sobrecogedora voz de Jennifer Gira que le da vida a “When Will I Return?” son de esos detalles que suman puntos a un trabajo impecable.

4. Radiohead – A Moon Shaped Pool

Radiohead - A Moon Shaped Pool

Con algo de presión adicional luego de un ‘The King Of Limbs’ no tan bien aceptado como otros álbumes de su carrera, Radiohead hizo de la expectativa y el misterio un arma promocional muy poderosa desde el 2015, con lo cual podían estar seguros de que tirarían cualquier cosa y nosotros la escucharíamos. Pero finalmente nos lanzaron algo mejor que “cualquier cosa”, y ese algo fue ‘A Moon Shaped Pool’, un álbum magnifico que siendo un poco más accesible y melódico que su antecesor (aunque no por eso más “fácil”) enganchó desde la primera escucha. Escuchamos guitarras ejecutándose siempre de formas distintas, tempos caprichosos, ruidos electrónicos, secciones de vientos y letras no tanto de protesta pero que cuestionan nuestro mundo como en “Burn The Witch”, mientras que a ratos buscan la esperanza (y la dejan en incertidumbre con una “True Love Waits” reinterpretada).

3. David Bowie – Blackstar

David Bowie - Blackstar

Hace 40 años se dejaba deslumbrar por Kraftwerk y Neu!. Hace 20 por Nine Inch Nails y Goldie. Durante el 2015 le prestó atención en medio de su pelea por la vida a Kendrick Lamar y su renovada interpretación del jazz. ‘Blackstar’ no era el último capítulo en la discografía de David Bowie. Uno lo escucha en cada canción sin el más mínimo interés de acoplar todo a las melodías o a las métricas. Parece que escuchara la música y buscara derribarla con su voz no tanto a base de intensidad o fuerza, sino con la experiencia de quien ha pasado por todo lo que puede pasar un artista pop, conociendo ya todos los puntos flacos de la instrumentación. Era el principio de una nueva etapa, de una nueva transformación. Con uno de sus trabajos más difíciles de digerir, el Camaleón pasó de genio a leyenda. Y seguramente en 50 años se convertirá en mito para una nueva generación que encontrará inconcebible el hecho de que un tipo así respirara nuestro aire, hiciera esa música, y nos mantuviera tan a la expectativa con cada paso que diera como él lo hizo. Incluso con la muerte soplándole la nuca.

2. James Blake – The Colour In Anything

James Blake - The Colour In Anything

‘The Colour In Anything’ es como una colección de orfebrería fabricada con instrumentos torcidos o de formas extrañas que le dan a cada pieza una condición particular. Un equivalente melancólico a las esculturas que hacia Homero Simpson motivado por su ira. Pueden ser sintetizadores con patrones raros, golpes repetidos de hi-hats para sostener la canción y darle intensidad como en «Modern Soul» o cualquier idea loca que se le ocurra al británico. Supera con creces a sus dos trabajos previos en términos de locura y atractivo. Nadie, ni en el indie ni en el pop pudo igualarse a Blake este año. Pasa que…

1. Nick Cave And The Bad Seeds – Skeleton Tree

Nick Cave and The Bad Seeds - Skeleton Tree

Me hubiese gustado ponerlo a Blake en el primer lugar, pero el único álbum que lo supera cuenta con algo a su favor, y es simplemente el hecho de que tiene a Nick Cave en él. Influido por las emociones generadas por la muerte de su hijo Arthur el año pasado, el australiano nos ofrece en ‘Skeleton Tree’ uno de los trabajos más desgarrados de su carrera. Mucho menos cronista que de costumbre, abre su corazón y afila su lengua para hablar de la tragedia, el dolor y la derrota, cosas muy presentes a lo largo del 2016 en el ámbito musical, sobre todo en la “vieja guardia”. Cuando otros podrían haber sucumbido ante una tragedia personal como esa, Cave ve en la música (su vieja confiable) una vía para sacar todo eso de su interior. Demostró en esa adversidad una vez más el alcance de su verdadero talento. En un mundo lleno de «artistas» donde pocos llegan a serlo sin las comillas, Nick y sus malas semillas lleva más de 30 años siéndolo, dejando aquí el que por paliza es el mejor álbum del año.