Nuevos sonidos latinoamericanos, viajando en el tiempo

Por: Valeria Benavides Zarama

Las mezclas y fusiones de la música ancestral y popular latinoamericana con sonidos extranjeros vienen de hace tiempo, y en ellas ha coincidido el intento de una búsqueda de identidad regional con un lenguaje propio frente al mundo global. 

En el caso de Perú, por ejemplo, en los años 70 y 80 surgieron agrupaciones que empezaron a mezclar sonidos eléctricos y psicodélicos, lo que dio origen a lo que se conoce como la Chicha. Así surgieron grupos como Los Destellos y Los Mirlos. Y de la mezcla de ritmos afrolatinos con rock psicodélico surgió la cumbia amazónica con grupos como Los Wembler’s de Iquitos

Sin embargo, estas vanguardias musicales de la época, que intentaban mezclar pasado con el presente, hoy están dando de nuevo un giro en los distintos países latinoamericanos. Desde hace más de una década la música folclore latinoamericana se viene encontrando y fusionando de forma contundente con música electrónica y otros sonidos experimentales, dándole una o varias vueltas de tuerca a seguir la línea de buscar nuevos lenguajes, jugando así entre pasado, presente y futuro. 

En el caso de Argentina, el nacimiento de la fiestas Zizeck Club y  la experimentación con la cumbia, uno de los sonidos más populares de Latinoamérica, no fue casual. La cumbia digital fue un éxito total. Artistas y proyectos empezaron a aparecer en este desfile de interculturalidad y sonoridad de mezclas, como Chancha Via Circuito, Villa Diamante, Remolón, Fauna, Frickstailers y La Yegros, entre otros. 

Dos años después, en 2008, estas fiestas se convirtieron en un sello discográfico: ZZK records, y desde entonces no  han parado de estar en la búsqueda de la vanguardia musical latinoamericana. Entre varias apuestas, está el caso de Luzmila Carpio Remixes, en la que se juntó a una cantante de folclore boliviana tradicional que canta en su lengua materna, Quechua, con productores de música electrónica que daban sonidos y  tintes contemporáneos. 

Dentro del abanico de artistas que maneja ZZK está Gaby Kerpel, pionero en la onda fusión folclore con electrónica en Argentina, y quien se sumerge en la propuesta King Koya y Queen cholas. Una puesta en escena llena de baile, colores y  sonidos que llevan al espectador a una experiencia de celebración sagrada. Otro artista reciente, Luis Maurette, conocido como Uji  y su producción más reciente Alborada que suena a una mezcla tribal selvática y urbana buscando entre luces y sombras una introspección sonora. O Dat García, con su proyecto experimental Maleducada, que suena a una mujer que remueve por dentro,  a irreverencia, resiliencia y que con mucha fuerza sale de la oscuridad. 

Además de este sello, otras artistas argentinas han venido apareciendo en la escena y  están tomando la voz del presente musical latinoamericano. Algunas de ellas son: Kaleema, productora y Dj que incorpora sonidos más experimentales y sin tanta clasificación, pero que nos toca la raíz latina de esa exploración nómada y movible de lo clásico y contemporáneo con colaboraciones de mujeres poderosas como Lido Pimienta y Sara Hebe. También está el grupo Femina, que mezcla sonidos urbanos, rap y folclore con mensajes contundentes de feminismo y sororidad. O Miss Bolivia, artista que fusiona estilos como hip hop reggae, cumbia villera y dance con un toque potente de rebeldía, protesta y poder femenino. 

Con ello percibimos que el papel de la mujer en esta nueva escena Latinoamericana está en auge, pues cada vez más se ven productoras y artistas que se lanzan a experimentar trabajando por combatir y denunciar lo que históricamente ha existido: una brecha de género en la participación y visibilización de las mujeres en los espacios de la música.  

En el caso de Colombia, a partir de los años 90 surgieron propuestas como Sidestepper, Quantic (y los Míticos del ritmo) pioneros en empezar a experimentar con sonidos colombianos. Y  luego vinieron bandas como los Pirañas, un proyecto de Pedro Ojeda, Eblis Álvarez y Mario Galeano que lleva a quien los escucha por un viaje experimental sin  saber muy bien si es salsa, cumbia o un desenfrenado rock psicodélico. 

Más adelante surgió otro proyecto de vanguardia, Ondatrópica, que nació con el objetivo de reinterpretar el patrimonio musical tropical de Colombia con nuevos enfoques en la composición, arreglos y producción, en un encuentro intergeneracional de músicos entre pasado y presente, una idea quijotesca pero que dio como resultado dos álbumes de muy alta calidad músical. 

En cuanto a la participación de las mujeres en esta ola de nuevos sonidos, en Colombia resalta la maestra Nidia Góngora, guardiana de las tradiciones y sonidos del pacífico colombiano. Aparte de su participación en Ondatrópica y de ser la líder de la agrupación Canalón de Timbiquí, hizo un trabajo junto a Quantic llamado Curao, que es simplemente una joya: suena a selva, río, arrullo, marimba, currulao y downtempo, acercando a la gente a mundos bicheros y místicos. Recientemente hizo una colaboración con un nuevo artista del sello ZZK, Montoya, para la canción Otum, que acerca a las creencias y manifestaciones de despedida de los seres queridos a través del canto y rezo, es una especie de alabao electrónico. 

Otros proyectos en la línea experimental y de búsquedas, pero más comercial, son Bomba Stereo y Systema Solar, con fusiones con electrónica que suenan más a caribe colombiano, cumbia y champeta. O Chobquibtown, que mezcla folclore del pacífico con sonidos urbanos. También hay otros más recientes que hacen parte de este nuevo panorama y que juegan con las tradiciones musicales:  Ghetto Kumbé, que suenan a tribu con beats de house caribeño y ritmos afro-colombianos; Mitú, que es un encuentro entre palenque y el tecno, entre tambores alegres y sintetizadores que se juntan salvajemente en una dimisión desconocida; o Cerrero, que hace una fantástica colaboración con la cantante  Lucia Pulido y lleva a sentir la hipnosis que se puede conseguir de la fusión entre músicas ancestrales colombianas y el dub jamaiquino. 

 Mira la entrevista realizada a Mitú aquí

En Perú, actualmente encontramos a proyectos como  Dengue Dengue Dengue y Animal Chuki, que suenan a una chicha de vanguardia; o Novalima, que mezcla la música afroperuana con electrónica. 

En el caso de Ecuador se están viviendo importantes cambios en la música contemporánea a través de ritmos ancestrales y populares con varios artistas: Nicola Cruz, productor y artista  de música electrónica contemporánea que experimenta de una forma muy precisa y exquisita sonidos andinos, ancestrales y del mundo. Inspirador para muchos y muchas que empiezan a conocer el Andes Beat. Y también está Mateo Kingman, artista del corazón de la Amazonía andina que juega con samples y sintetizadores con sonidos urbanos y del campo. 

A ellos se suma EVHA (El viejo hombre de los Andes), un proyecto audiovisual que mezcla la música tradicional ecuatoriana y sonidos electrónicos que hacen vivir una experiencia en su puesta de escena; y Quixosis, proyecto de música electrónica experimental que toma y juega con elementos de la música tradicional andina y latinoamericana.

Con algunos de los ejemplos mencionados se alcanza a percibir la diversidad del panorama musical de estos nuevos sonidos latinoamericanos y también se puede ver cómo los cambios y experimentos han sido un proceso que se ha dado poco a poco. En una entrevista*, Uji cuenta cómo percibía esta escena emergente en sus inicios, con su primer proyecto electrónico con sonidos ancestrales, Lulacruza (2005): “sentía algo así como tener un machete en la selva y estar abriendo camino. No había artistas pero tampoco había público, por lo cual este proceso ha sido un trabajo de hormiga”. 

Hoy en día el camino ya está más que abierto, y con muchos matices y tonalidades. Ahora parece que nos enfrentamos al futuro de este tipo de música, que estará dado en el cómo los y las artistas van a seguir evolucionando estos sonidos y qué caminos van a seguir frente a la multitud de posibilidades musicales, de continuidad y de sentido. Lo que sí es cierto es que cada vez surgen más artistas en estas búsquedas de lenguajes propios latinoamericanos y también existe más público contemporáneo interesado en una alternativa diferente a escuchar música mainstream. 

Escuchen la entrevista completa a Luis Maurette, Uji, en Radio Mixticius (junio 2019) aquí. Entrevista por Valeria Benavides y Juan Varela. 

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Foto principal tomada de Galletas Calientes Records