Reflektor: magia y autenticidad

Por  @PapoSandoval

De entrada hay que decir que Reflektor de Arcade Fire es un disco tan único y complicado que cada quien debe oírlo para emitir un juicio objetivo acerca de su grandilocuencia y ambición. Es por esto y mucho más que puede ser una de las verdaderas obras de arte musicales de los años recientes y será de amores u odios; no hay intermedios.

Tratar de ubicar a Reflektor dentro de un escalafón en una competencia que incluye a “Funeral”, “Neon Bible” y “The Suburbs” es una tarea insensata y que no dejara ningún simpatizante. De la misma manera decir que es su mejor disco es subestimarlo, y decir que es el peor sería no entenderlo. En el momento que se anunció que esta banda canadiense, comandada por Win Butler y su esposa Regine Chassange, se disponía a trabajar con James Murphy, la mente maestra detrás de “LCD Soundystem” -y probablemente la última verdadera banda de culto- la expectativa creció a niveles aún mayores de lo que lograron discos tan esperados como «Random Access Memories» de Daft Punk o «Yezzus» de Kanye West. Es aquí donde para muchas personas puede llegar el punto de inflexión en esta torcida relación, ya que de alguna forma se esperaba tanto de él, que aun con sus dos CD`s y 75 minutos de duración, puede no lograr llenar.

Sin embargo, acá reside la magia de Reflektor. Es un disco que no se toma muy en serio pero a la vez nos obliga a cuestionarnos cada segundo que vivimos en una sociedad mediática llena de ídolos falsos y músicos insulsos. Las letras de cada uno de los 13 cortes son una invitación a reflexionar y a volver a permitir que la música sirva como un espacio de introspección y cuestionamiento. De la misma manera, musicalmente es una obra que mezcla tantos géneros, ritmos, instrumentos, tiempos y tonos, que si no fuera por una dirección majestuosa de todos los involucrados, caería en una espiral de caos.

Arcade Fire puede haberse convertido en el acto independiente más importante luego de haber ganado el Grammy a Mejor Album del Año en 2011, sin embargo es con Reflektor que demuestran que son una banda innovadora, que no tiene miedo de intentar cosas diferentes y arriesgarse hasta el punto de perder. Canciones de más de 10 minutos, donde solo se oye ruido y ambivalencia pueden ser la piedra en el zapato de muchos, pero “Reflektor”, “We Exist”, “Here Comes The Night”, “Afterlife”, y “Normal Person” servirán como muestra para muchos que el 2013 marco el año en que Arcade Fire nos retó a intentar entenderlos, y la magia está en que probablemente, nunca lo logremos.