Por: Juan Nassiff Follow @JuanNassiff Daniel Ospina Follow @TheMockMan y Alejandro Echeverri Follow @Astantler
Para rematar como es debido el mes de enero en Escena Indie dedicado a David Bowie, decidimos hacer algo realmente especial con su último trabajo discográfico, ‘Blackstar’. En vez de hacer la reseña convencional a una sola voz (y en vista de que varios nos moríamos de ganas por hablar del disco) tomamos una decisión salomónica: hablar del álbum desde tres perspectivas diferentes, y desde una serie de items bien definidos.
Portada
Juan
En astrofísica una estrella negra es una estrella que una vez brillo con la mayor fuerza que pudo y que al final no se consumió del todo, dejando un punto negro en el espacio rodeado de estrellas blancas que sirven como testimonio de su existencia. Eso es lo que veo con la portada de este álbum, la estrella que logra destacar en un firmamento lleno de ellas.
Daniel
En comparación con el trabajo que Jonathan Barnbrook hizo en portadas de álbumes previos como ‘Heathen’, ‘Reality’, o ‘The Next Day’, este es mucho más difícil de asimilar por su formato más sencillo, pero a la vez por su significado. La estrella negra que no se extinguió del todo, la palabra “Bowie” estilizada en ese formato de estrellas negras, y todo eso sobre un fondo blanco… A lo mejor los acontecimientos posteriores obligan a verlo de esa forma, pero es como si fuese el epitafio de una tumba esculpido en piedra o mármol.
Alejandro
Esta vez no hubo Bowie en una carátula. El minimalismo es la característica principal de ‘Blackstar’: fondo blanco, una estrella negra de cinco puntas y varias combinaciones geométricas de la misma en la parte inferior. No hay añadidos, no hay detalles, no hay más que el blanco y negro: lo oscuro y lo luminoso.
Canciones recomendadas
Juan
Lazarus: Un sonido maduro y atrapante que lo hace sentir a uno como si fuera Humphrey Bogart en una pintura de Edward Hopper.
Girl Loves Me: Una canción bastante misteriosa que invita al oyente a repetir y repetirla para intentar descubrir su significado que se encuentra oculto entre las letras y sus arreglos.
Dollar Days & I Can’t Give Everything Away: Sinceramente siento como si estas dos canciones fueran parte de una misma historia que no debe terminar.
Daniel
‘Tis A Pity She’s A Whore: Aunque suena un poco más festiva, la letra no deja de ser agresiva, rebelde, y poco complaciente con el oyente. Se muestra más deudora de los tiempos de Black Tie, White Noise, gracias al protagonismo del saxofón que hace suya la canción.
Sue (Or In A Season Of Crime): Lo más cercano al rock que ofrece ‘Blackstar’. Con algunos trazos curiosamente cercanos al drum and bass dados por una base nerviosa e inestable, narra una historia propia del género policíaco y vinculada de alguna forma con los tiempos de Outside.
Dollar Days: Se concentra en lo que parece ser un desencanto absoluto con el materialismo de la aristocracia. Extraño concepto, pero puede ser que el británico con todo y su status se sintiera ajeno a ese mundo por la forma en que él mismo llego hasta ese punto. En la música mucha gente que llegó a ese status puede que ni se planteara alterar el panorama musical con cada disco, como si lo hiciera Bowie.
Alejandro
Blackstar: Las trompetas asumen el papel principal al compás de un Bowie majestuoso, en el marco de un sonido complejo y muy marcado por lo atmosférico.
Lazarus: Una epifanía contando de manera metafórica su “después de la muerte”. Es muy envolvente y su final es algo como eso: “un alto, el fin de algo”. Todos nos dimos cuenta cuál fue ese final.
I Can’t Give Everything Away: Es un cierre especialmente impactante para el álbum: la voz de Bowie se siente un poco más fuerte que el resto de canciones, trompeta y guitarra nuevamente son instrumentos que le dan ese toque “épico”, ese tono trascendental, como algo que es difícil de olvidar.
Letras
Juan
Las letras de este álbum al igual que muchos otros de Bowie, cuentan con una gran cantidad de simbolismos y personajes que no se pueden reconocer de manera inmediata (algunos incluso ni tienen nombre). Se puede decir que su primera canción evoca a una ceremonia que continua hasta su última canción en donde se abren las puertas a un nuevo mundo.
Daniel
Bowie nunca escribió letras muy convencionales que digamos. Ni siquiera cuando parecía ser un cantante pop común y corriente se permitía ceder en ese sentido. En ‘Blackstar’nos habla desde su lecho, contándonos como le da la cara a la muerte, sigue peleando, sigue contando historias en primera, segunda o tercera persona sin hacer necesariamente de cronista.Escuchamos historias de la alta sociedad como en “Dollar Days”, policiacas al estilo de “Sue (Or In A Season Of Crime)”, evidentemente personales en “Lazarus”, o cruzando algunos de esos elementos en “Blackstar”. Eso sí, el hilo conductor de todas las canciones parece ser la perdida de sentido, la derrota, y asumir el inevitable destino.
Alejandro
Las letras claramente representan el sentimiento de alguien que sabe de su propia mortandad como ser humano que es y lo plasma en una prosa de “auto-descubrimiento” y aceptación de algo que está próximo a llegar y que es inevitable. Es el final.
Instrumentación
David Bowie
Juan
La columna vertebral de este disco es el jazz. Sin embargo Bowie va un poco más allá. El álbum abre con sonidos psicodélicos y disonantes que se hacen armoniosos, saxofones que desentonan pero dan peso a las canciones, instrumentos de viento que evocan la nostalgia, y baterías totalmente rockeras que nos sacan del ensueño. Por último, hay que decir que esa cooperación entre saxofón y voz reafirma la influencia del jazz en este disco.
Daniel
Hay una influencia importante del jazz, combinada con algunas maneras del soul o de lo que hacía en Station To Station. Los vientos y los teclados no se alejando demasiado de esas coordenadas, pero se permiten libertades para generar caos y hacer que el rol de Bowie sea más importante para darle coherencia al resultado final. Por eso es que uno lo escucha en cada canción sin el más mínimo interés de acoplar todo a las melodías o a las métricas. Él parece que escuchara la música y buscara derribarla con su voz no tanto con intensidad o fuerza, sino con la experiencia de quien ha pasado por todo lo que puede pasar un artista pop y ya conoce los puntos flacos de los instrumentos. Todo por el mero placer de destrozar la música y volverla a reconstruir.
Alejandro
Una cosa que admiro del álbum es que instrumentalmente es sencillo: los protagonistas claramente son la batería y la trompeta, esta última siendo el elemento que define la línea de todas las canciones, ese sentimiento lúgubre y mortal está plasmado en ellas.
Importancia en su catálogo
Juan
Siempre he creído que cada álbum de Bowie es un crisol donde forja lo que será el siguiente, por eso cuando escuche este álbum sentí que era una continuación de los sonidos de The Buddha Of Suburbia (1993) y que profundizó en Outside (1995). Luego de abandonar esa faceta en los dos trabajos siguientes, la retomó en el sorpresivo Heathen (2002) que fue una forma de decir “todavía estoy aquí”, reafirmada una década más tarde con The Next Day (2013). Con ‘Blackstar’, todos esos sonidos pasados llegan a una madurez total que sirve como cierre a un ciclo que inicio Outside en el que Bowie se preguntó, ¿cómo sonaría la muerte?
Daniel
No creía posible algo así, pero es incluso más importante que The Next Day. En esa ocasión nos dejamos deslumbrar por los diez años que habían pasado sin saber de él. Con Blackstar parecía retomar las cosas por donde las había dejado, con la firme intención de seguir batallando en el panorama musical en sus propios términos, siempre buscando nuevas posibilidades. Hace 40 años se dejaba deslumbrar por Kraftwerk y Neu!. Hace 20 por Nine Inch Nails. El año pasado por Kendrick Lamar.
Alejandro
Creería que es un álbum que tiene el mismo peso que el resto, sin importar si es el último. El hecho con ‘Blackstar’ es que, como con el resto de su obra, debe entenderse a su manera. Se debe escuchar como lo que es, porque ninguno de sus álbumes es más o es menos que el resto.
Conclusiones
Juan
Algo que siempre me ha llamado la atención sobre David Bowie, es su capacidad para cantar como si estuviera haciendo una pregunta al oyente. Eso explica parcialmente el encanto de ‘Blackstar’.
Daniel
‘Blackstar’ no era el último capítulo de su discografía. Era el principio de una nueva etapa, de una nueva transformación. La del genio en leyenda.
Alejandro
‘Blackstar’ fue la última obra que David Bowie dejó en vida: una forma muy particular de partir y decir que partía pero no se iba sin plasmarlo en un trabajo brillante, como todo lo que hizo en vida.
