Por: Daniel Ospina Follow @themockman
Pasaron 5 años desde que Justice lanzara su tremendo ‘Audio, Video, Disco’, con el cual ratificaron su posición como uno de los actos musicales más grandes del nuevo milenio. Pero contrario a lo que uno pudiera pensar, Gaspard Augé y Xavier de Rosnay no se quedaron quietos en todo ese tiempo. Una gira mundial que duró cerca de dos años y un álbum en vivo titulado ‘Access All Arenas’ los mantuvieron ocupados hasta 2014, cuando decidieron regresar al estudio para grabar su tercer trabajo de estudio.
Algo que pasa con ellos desde que lanzaron ese tremendo debut en 2007 titulado ‘†’ es que se les suele juzgar con lupa, tal vez esperando que superen lo conseguido con ese debut que no solo supo dejar clásicos como «Civilization» o «D.A.N.C.E.», sino que ofreció una experiencia en el formato de álbum muy diferente a la de cualquier otro en ese entonces. No fue un trabajo que cambiara el paradigma musical de su época, con actos que en lo sucesivo siguieran sus pasos, pero fue uno que les permitió marcar el suyo. Por eso es que resulta inevitable situar cada disco que lanzan al lado de su debut. Pero a la vez (y visto el resultado de ‘Woman’), es un estimulo para ellos saber que deben estar constantemente a la altura de un trabajo así. O bien, ven allí una excusa para probar otros rumbos en su música.
El arranque con «Safe And Sound», «Pleasure» y «Fire» deja ver a unos Justice más maduros, que si bien dejan un poco de lado su factor de locura para favorecer un resultado más accesible, no pierde por eso fuerza o autenticidad en las canciones. Encontramos ritmos certeros, sostenidos por líneas de bajo implacables que le permiten cobrar vida a canciones con teclados propios del synthpop como en «Stop» o sus característicos sampleos de guitarra en «Fire», un tema que aun con su instinto funk da muestras de una solidez más propia de una cancion rock que del house o del nu disco.
Pero aún siendo un trabajo más accesible consigue momentos de auténtica locura como «Chorus», «Heavy Metal» o el sencillo «Alakazam!», donde la ritmología se pone al servicio de algo indescriptible pero que definitivamente va más allá del bien y el mal. Son temas que llevan ese nu disco hecho para estadios a nuevos límites en términos de la mística que transmiten. Esos temas en particular proponen un trance de ruidos raros pero coherentes con esa visión rupturista que acostumbra Justice, donde el house y el rock se hacen lineas borrosas.
Esas dos cosas, la madurez y lo friki, se combinan perfectamente en el sencillo «Randy» y en «Love S.O.S.», pasando ambas de un intro arrollador a una estructura tradicional pero igualmente irresistible. Tal vez lo más extraño (pero a la vez atractivo) de escuchar en el álbum sea «Close Call», con un arpegio que se prolonga en el tiempo y evoca inevitablemente a «Brain Damage» de Pink Floyd con ese ambiente espacial que propone el dúo.
En principio no parece que ‘Woman’ sea un trabajo digno de aclamar exageradamente, tal vez por no tener esa imaginería visual que podían vendernos con su debut, e incluso con ‘Audio, Video, Disco’. Pero el dúo es claro en que no necesitan repetir la misma jugada, por lo que eligieron variar un poco la formula sin perder sus señas de identidad. Y mal no les va, pues hay incorporaciones más que seguras a los clásicos de este delirante dúo, mismas que incluso aportan algo de versatilidad a su repertorio. Canciones como «Alakazam!» o «Chorus» son de esas que repetiría en bucle durante mucho tiempo. No es ‘†’, y tampoco necesita serlo. Con que sea un álbum de Justice es suficiente.
Mi recomendada es «Close Call». Será interesante saber si la tocarán en vivo, y qué tipo de luces o visuales le van a incorporar. Porque deben ser algo supremamente arrollador.
Aquí va «Alakazam!».