Cápsula musical: Say Lou Lou y la importancia de la genética

Por: Daniel Ospina 

Say Lou Lou, un dúo sueco-australiano al que le dedicamos unas líneas con motivo de su primer álbum, Lucid Dreaming. A este dúo sólo puedo calificarlo como único en su especie. Y no porque no hayamos escuchado antes de hermanas que hacen dúo (t.A.T.u. y The Veronicas, por ejemplo) sino porque además de eso, Elektra y Miranda Kilbey-Jannson son hijas de Steve Kilbey, vocalista de The Church. En lo personal eso es aval suficiente para prestarles atención, pero más allá de eso consiguen destacar por su cuenta.

Llamaron la atención el año pasado con una serie de sencillos entre los que destacaron «Everything We Touch» y «Julian», donde dan evidencia de su habilidad para darle vida a canciones apasionadas, algo desesperadas (cosa bien reforzada por los respectivos vídeos) y con una ejecución a medio camino entre el dream pop, el synthpop, y la new wave. Buena prueba de eso es la canción «Beloved», aplastante en medio de su sencillez.

«Beloved» es una de las once canciones incluidas en Lucid Dreaming, donde hacen un cruce inteligente entre dream pop y synthpop una canción tras otra, sin descuidar los coqueteos con el trip hop en «Peppermint» o los clichés del pop para hipsters en «Glitter».

Podríamos definir este camino inicial como un intermedio entre HAIM, la primera Ellie Goulding y Sky Ferreira. Pero sería quedarnos cortos. Hay algo más con esas gemelas. La genética Kilbey-Jannson parece la única forma lógica de explicarlo. Cuando las escuchen, van a entender a lo que me refiero. La mística del padre y el atractivo comercial de la madre (hizo parte de una banda new wave relativamente conocida en Suecia) le han dado elementos a Say Lou Lou para buscar superarlos, y no parecen mal encaminadas en esa empresa. Sin duda estaremos atentos a lo que hagan en el futuro.