Por: Juan Pablo Sandoval Follow @PapoSandoval
Sean Carey se dio a conocer como baterista y voces del acto de Folk Bon Iver liderado por el polifacético Justin Vernom. Sin embargo, después de dos discos, S. Carey va dejando atrás los comparativos con los proyectos de sus compañeros de banda y ha logrado hacerse un nombre por sí mismo, lejos de cualquier similitud con su maestro, evolucionando en algo que pareciera extraído de otra dimensión.
En su segundo disco “Range Of Light”, este nativo de Lake Geneva mezcla elementos de Folk, Pop, Chillwave y hasta Jazz, creando un disco que pareciera ser una carta personal de motivación. Aun cuando a veces pueda sonar lento y triste, en cada nota se esconde una alegría pronunciada en un canto hacia la vida y el amor. Logra de manera catártica acompañar cualquier momento a través de un sentimiento de pertenencia que acompaña cada uno de los nueve tracks en sus cortos 36 minutos de duración. No es un álbum perfecto, pero logra perfectamente transmitir el mensaje que Sean Carey se propuso, y varía dependiendo de cada quien lo escuche; son esas palabras de consuelo, apoyo, ternura o romance que todos necesitamos oír en un determinado momento del día.
S. Carey ha llevado el Folk a un nivel diferente al que propuso con Bon Iver en su debut For Emma, Forever Ago, mezclando sonidos como los de The Tallest Man On Earth, Fleet Foxes o Jose Gonzales con Sigúr Ros, Cocteau Twins y hasta Portishead dando como resultado un álbum que lo recompensara por dedicarle su tiempo.
