31 años de la legendaria banda, The men they couldn´t hang (TMTCH)

Por: Jorge Luis Morales 

The men they couldn´t hang (TMTCH), esa banda de culto que tiene todo para ser definida como leyenda por una ya envejecida generación británica, celebró en abril de 2014 treinta años de trayectoria en el Shepherd’s Bush Empire, un teatro en el oeste de Londres. Un año después fui a verlos tocar, en el mismo lugar, en otro día de abril.

Aquí tienes abuelo: tu medicina y tu cerveza

El teatro es grande, caben 2000 personas en cuatro niveles, tiene barras de bebidas a ambos lados y detrás de los stands; ciertamente parece un lugar muy agradable así que mejor te pides una Guinness, le das un abrazo a la chica y empiezas disfrutar del sonido. Mientras te tomas tu bebida y te pones en ambiente esperando pacientemente a que inicie el show, miras a tu alrededor, la iluminación la cúpula, los niveles altos, las cortinas, los acabados, los detalles, los rojos y verdes, el trapo en el fondo del escenario con el nombre de la banda en letras western. Sin embargo, lo primero que notas, lo que más te llama la atención, es la audiencia. En otras ocasiones este teatro acostumbra a estar lleno de la irresponsable y melancólica juventud londinense, en conciertos de Kasabian, Bastille o The Shires; hoy el público está envejecido, pero sonriente y ansioso.

Foto de: Peter Stevens

Pasan los momentos y la primera banda telonera empieza a calentar el ambiente con un sonido punk duro; luego la segunda, guitarras folk, una viola y el sonido de un martillo contra la cara convexa de una pala. Una hora y media después, la vocalista anuncia que los viejos vienen a continuación y el teatro se electriza. Instantes después, TMTCH empieza a tocar y se forma el mosh pit;  saltos, empujones, camisetas de la banda danzando lentamente en círculos, hombres viejos latiendo en la punta de los pies y esperemos que no muchas caderas o clavículas rotas.

El show es buenísimo, los temas son coreados, la estamos pasando bien; pero todo es curioso, empiezas a pensar en las viejas generaciones y en lo que significó para estas personas está música en su juventud. Tal vez sólo el rock tiene la capacidad de trascender como lo hace el folk (por folk voy desde Johnny Cash hasta Petrona Martínez). En el pop seguramente no serás nada después de tu tercer álbum, y tal vez nadie tararee tus canciones, a menos que seas Madonna o El Rey del género. Pero en la música tradicional, dejas tus melodías sonando en los oídos de una generación entera; lo hemos experimentado tantas veces en nuestro folclórico país y sus alrededores. Te detienes a pensar si alguna de tus bandas favoritas estará en los escenarios después de 30 años, y si tú serías capaz entonces de vestir y lucir orgullosamente su nombre en el pecho. Bueno, basta ya; nena, ten un momento mi cerveza, voy a bailarme una canción al mosh pit y ya regreso.

The Green Fields of France: Gone underground

Particularmente me llena de alegría ver bandas vigentes, como esta, con un mensaje tan fuerte y una energía intacta. TMTCH ha sido un poco olvidada por estas latitudes; incluso también un poco por las nuevas generaciones del Reino Unido, porque como lo dice su canción homónima del álbum debut Night of a Thousand Candles: “The man that they couldn’t hang have gone away, gone underground”, y desde hace mucho tiempo. Sobre todo en épocas en las cuáles, a punto de caer el muro de Berlín, todo lo que huele idealismo huele a revolución comunista (cualquier parecido con un país suramericano es coincidencia). Pero, para ser justos, que hermosa se escucha la revolución desde las guitarras folk francesas, irlandesas y cubanas.

TMTCH no es precisamente una banda comunista ni guerrillera, pero el mensaje político que ostentan es emotivo y contundente. Empezando por su nombre, que suena a un grupo de fugitivos ahogados en whisky y lectores empedernidos de Bertrand Rusell. En realidad al parecer, el nombre viene del apelativo de un hombre inglés condenado a muerte por homicidio durante la época victoriana, y que sobrevivió a tres intentos de ejecución en 1884; un siglo después TMTCH celebraron el centenario de esta leyenda dando al sobrecargado y ruidoso punk sus melodiosas y melancólicas canciones antiguerra, anti imperio, sobre criminales sindicalistas ¡A dos años de haber terminado la Guerra de las Malvinas!

Todavía estamos a tiempo de recordar que su primer single, la maravillosa interpretación de The Green Fields of France, el poderoso poema de Eric Bogle, fue número uno en las listas de Indie del Reino Unido en 1984, veinte años antes de la versión de Dropkick Murphys; fue esa misma canción la que me hizo ir a verlos cuando estaba de vacaciones por Inglaterra treinta años después de su lanzamiento.

Su mayor producción musical se dio posteriormente a la reunificación que tuvieron después del rompimiento a principios de los noventa, pero como suele suceder con las bandas legendarias, durante el primer periodo de desarrollo nos dejaron, además de ese himno anti guerra, clásicos ochenteros como “Colours”, “Ironmasters” y “Rain, Steam and Speed”.

Los invito a servirse un whisky y desempolvar un par de sus canciones; no teman ponerse nostálgicos.